Encuentro de Atila y el papa
León Magno a las
puertas de Roma
FERRATA, ERCOLE.
DOCUMENTADO EN 1659Este relieve en plata representa el encuentro entre el papa León I el Magno y Atila, rey de los hunos, en el año 452 a las puertas de Roma, evitando que se arrasara la ciudad. Aunque se llegó a considerar un modelo preparatorio para el relieve en mármol en la basílica de
San Pedro de Roma, se basa en éste, ya que se ejecutó entre 1646-1653 por Alessandro Algardi. En 1646, durante el pontificado de Inocencio X, la reverenda
fábrica de San Pedro encargó al
escultor un relieve marmóreo para un
altar de grandes dimensiones (858 x 494 cm), que se acabó en el
verano de 1653. Dada la exigencia de su ejecución y su excepcionalidad, intervinieron también sus discípulos más aventajados, especialmente Domenico Guidi y Ercole Ferrata.
Ya muerto Algardi en 1654 y el papa León X en 1655, durante el pontificado de Alejandro VII, entre 1657 y 1659, el cardenal Francesco Barberini comisionó este relieve reducido en plata como regalo para el rey de
España Felipe IV, quien recibió otras importantes obras de
arte de la misma procedencia. El encargo del relieve de orfebrería recayó en Ercole Ferrata, mientras que el marco de mármol y bronce dorado fue realizado bajo la supervisión y dirección del pintor y arquitecto Pietro da Cortona. Su participación fue decisiva, especialmente en el mascarón femenino inscrito en el
frontón triangular partido del remate y los dos leones recostados en la base del marco. También se ha señalado que correspondió al Berretini el diseño del marco, muy diferente al del altar de la basílica de San Pedro. Asimismo, para el proceso de fundición del relieve de plata, Cortona confió en su colaborador Giovanni Artusi, mientras que el orfebre Santi Loti pudo intervenir en las fases iniciales del trabajo.
Esta obra, de excepcional calidad artística, estaría destinada a presidir el altar del oratorio privado del monarca en el Alcázar de
Madrid. Por los antiguos inventarios de la colección real española sabemos que, en origen, en la base de calcedonia, había una inscripción, «Pax Christiana suviecit», que se perdió con el paso de los años. En el del año 1686 se describía como una
historia de la Paz Cristiana. Esto se ha interpretado como que este regalo diplomático buscara propiciar la paz entre España y
Francia, que se haría efectiva pocos años después con la Paz de los Pirineos en 1659. También Barberini, al hacer esta reducción de esta importante obra del pontificado de Inocencio X, propicio a España, se presentaría a sí mismo con esta misma condición, en vez de filo-francés.