POR EL CENTRO DE MADRID
Este Madrid bullanguero
que quiere vivir la vida,
no se siente dominguero
ni ve su marcha perdida.
Calles que son transitadas
por cantidad de personas,
hablan de poco habitadas
pero pisadas sus zonas.
Madrid respira sin miedo
aunque siempre vigilante,
le tiene pavor al credo
de gentes de mal talante.
Con grandes cafeterías,
en este Madrid marchoso,
vemos chocolaterías
que tienen sabor gozoso.
Madrid respira presente
sin que le frene el futuro,
su centro tiene el ambiente
de no sentir nada oscuro.
Calles completas de gente
con bellos escaparates,
Madrid no teme el relente
de sufrir los disparates.
Entre luces y miradas
el centro tiene su encanto,
se viven tardes doradas
sin notar un desencanto.
Desde Sol a la Gran Vía
se camina sin descanso,
sus calles dan armonía
y hoy su paz era un remanso.
Madrid se siente orgullosa
en su centro palpitante,
es una ciudad marchosa
que siempre mira adelante.
G X Cantalapiedra.
Este Madrid bullanguero
que quiere vivir la vida,
no se siente dominguero
ni ve su marcha perdida.
Calles que son transitadas
por cantidad de personas,
hablan de poco habitadas
pero pisadas sus zonas.
Madrid respira sin miedo
aunque siempre vigilante,
le tiene pavor al credo
de gentes de mal talante.
Con grandes cafeterías,
en este Madrid marchoso,
vemos chocolaterías
que tienen sabor gozoso.
Madrid respira presente
sin que le frene el futuro,
su centro tiene el ambiente
de no sentir nada oscuro.
Calles completas de gente
con bellos escaparates,
Madrid no teme el relente
de sufrir los disparates.
Entre luces y miradas
el centro tiene su encanto,
se viven tardes doradas
sin notar un desencanto.
Desde Sol a la Gran Vía
se camina sin descanso,
sus calles dan armonía
y hoy su paz era un remanso.
Madrid se siente orgullosa
en su centro palpitante,
es una ciudad marchosa
que siempre mira adelante.
G X Cantalapiedra.