AQUEL HOMBRE QUE VIVIA EN EL BARRIO DE HORTALEZA
En el año 1968, las obras públicas y privadas, a veces se confundían en el horizonte, por eso el levantamiento de el punto más elevado sobre la ciudad de Madrid, en lo que era y sigue siendo la Avenida de San Luis, enfrente de las antenas de el ministerio de Marina, de entonces, o lo que hoy en día es parte de los chalet del llamado Residencial El Bosque. Aquel montón de tierra, de quizá unos seis o siete metros de altura, donde encima se encontraba el punto más alto, de la llamada ciudad de Madrid, que estaba señalizado, con una piedra blanca, como el de los antiguos kilómetros de las viejas carreteras. Aquel hombre de esta historia, acababa de venir del servicio militar, y de nuevo volvía a su trabajo, y fue entonces cuando se dio cuenta del desaparecido punto. Entonces la Avenida de San Luis, solo tenía un carril en cada dirección, y al llegar al punto de la calle Golfo de Salónica, una iglesia abandonada de las prefabricadas, y una tienda de cacharrería, hacían que el paso por aquel embudo, se hacía bastante difícil. Y mucho más difícil, era el poder pasar cruzando las famosas curvas de Manoteras, para poder ir en dirección al barrio de Fuencarral, que fue antiguo pueblo. Aquel conductor de camiones y furgonetas, se dio enseguida cuenta de los cambios que estaba sufriendo dicha zona. En aquellos quince meses de ausencia obligada. Sus pensamientos volaban, en Pinar de Chamartín las construcciones se multiplicaban, y los viejos traperos, se habían dedicado a vender sus casas de campo, como solares de futuros pisos. La zona se la veía crecer, el almacén de carbón, butano del Taxi y casero, de la calle de Golfo de Salónica, desaparecía sin dejar el menor rastro. Todo aquello incluido, parecía ser un cambio total en dicho entorno. Algunos años después, hicieron desaparecer las chabolas del famoso Brón de Hortaleza. Punto fuerte en la drogadicción del barrio. La Calle de Arturo Soria, que se prolongo hasta donde hoy día se encuentra la M, 11, además de su paso hacia La Virgen del Cortijo y Sanchinarro. Todo aquel entorno de los aledaños, del famoso Pueblo de Hortaleza, se convirtieron en una zona de construcciones de todo tipo de economías. Sobresaliendo en su máximo nivel, El Pinar de Chamartín, un barrio con una edificación moderna y bastante buena, donde las viviendas marcaron los precios más altos de muchas zonas de la capital. Aquel hombre que acababa de venir del servicio militar hacia recuento, de todos los grandes cambios sufridos en su zona. Como es lo que hoy día es Carrefour, que en aquellos años de entonces era el campo de futbol del club el Pinar del Rey. Muchos cambios en su zona, existieron aquellos años, donde hubo calles que casi desaparecieron, para dar salida a nuevos nombres y nuevas estructuras, de las que hoy en día el barrio se ve beneficiado, aunque siempre habrá quien diga que el Madrid de entonces era mucho más tranquilo y seguro. Parques como el de La Salud o el mismo Parque de Pinar del Rey, que estaban en manos privadas, y que hoy por hoy nos podemos pasear sin demasiados problemas. Eso sí Los centros de Mayores, llamados popularmente “Desguaces”. Se encuentran cada día peor atendidos, ya que ni las cafeterías funcionan, además de otras irregularidades, que parece no quieren ser corregidas, ni ponen ningún interés en ellos, parece que las personas mayores, no son rentables para el Ayuntamiento actual, que parece que los tienen bajo mínimos.
Y los jubilados aunque protesten, nadie les hace el menor caso. G X Cantalapiedra.
En el año 1968, las obras públicas y privadas, a veces se confundían en el horizonte, por eso el levantamiento de el punto más elevado sobre la ciudad de Madrid, en lo que era y sigue siendo la Avenida de San Luis, enfrente de las antenas de el ministerio de Marina, de entonces, o lo que hoy en día es parte de los chalet del llamado Residencial El Bosque. Aquel montón de tierra, de quizá unos seis o siete metros de altura, donde encima se encontraba el punto más alto, de la llamada ciudad de Madrid, que estaba señalizado, con una piedra blanca, como el de los antiguos kilómetros de las viejas carreteras. Aquel hombre de esta historia, acababa de venir del servicio militar, y de nuevo volvía a su trabajo, y fue entonces cuando se dio cuenta del desaparecido punto. Entonces la Avenida de San Luis, solo tenía un carril en cada dirección, y al llegar al punto de la calle Golfo de Salónica, una iglesia abandonada de las prefabricadas, y una tienda de cacharrería, hacían que el paso por aquel embudo, se hacía bastante difícil. Y mucho más difícil, era el poder pasar cruzando las famosas curvas de Manoteras, para poder ir en dirección al barrio de Fuencarral, que fue antiguo pueblo. Aquel conductor de camiones y furgonetas, se dio enseguida cuenta de los cambios que estaba sufriendo dicha zona. En aquellos quince meses de ausencia obligada. Sus pensamientos volaban, en Pinar de Chamartín las construcciones se multiplicaban, y los viejos traperos, se habían dedicado a vender sus casas de campo, como solares de futuros pisos. La zona se la veía crecer, el almacén de carbón, butano del Taxi y casero, de la calle de Golfo de Salónica, desaparecía sin dejar el menor rastro. Todo aquello incluido, parecía ser un cambio total en dicho entorno. Algunos años después, hicieron desaparecer las chabolas del famoso Brón de Hortaleza. Punto fuerte en la drogadicción del barrio. La Calle de Arturo Soria, que se prolongo hasta donde hoy día se encuentra la M, 11, además de su paso hacia La Virgen del Cortijo y Sanchinarro. Todo aquel entorno de los aledaños, del famoso Pueblo de Hortaleza, se convirtieron en una zona de construcciones de todo tipo de economías. Sobresaliendo en su máximo nivel, El Pinar de Chamartín, un barrio con una edificación moderna y bastante buena, donde las viviendas marcaron los precios más altos de muchas zonas de la capital. Aquel hombre que acababa de venir del servicio militar hacia recuento, de todos los grandes cambios sufridos en su zona. Como es lo que hoy día es Carrefour, que en aquellos años de entonces era el campo de futbol del club el Pinar del Rey. Muchos cambios en su zona, existieron aquellos años, donde hubo calles que casi desaparecieron, para dar salida a nuevos nombres y nuevas estructuras, de las que hoy en día el barrio se ve beneficiado, aunque siempre habrá quien diga que el Madrid de entonces era mucho más tranquilo y seguro. Parques como el de La Salud o el mismo Parque de Pinar del Rey, que estaban en manos privadas, y que hoy por hoy nos podemos pasear sin demasiados problemas. Eso sí Los centros de Mayores, llamados popularmente “Desguaces”. Se encuentran cada día peor atendidos, ya que ni las cafeterías funcionan, además de otras irregularidades, que parece no quieren ser corregidas, ni ponen ningún interés en ellos, parece que las personas mayores, no son rentables para el Ayuntamiento actual, que parece que los tienen bajo mínimos.
Y los jubilados aunque protesten, nadie les hace el menor caso. G X Cantalapiedra.