AYER ME COMENTÓ UN AMIGO
Me comentaba un amigo
con sus ojos de tristeza,
“hoy voy sufriendo el castigo
de vivir sin mi pareja”.
La mujer que más quería
se le marchó sin remedio,
fue penosa su agonía
en aquel sufrido medio.
La casa le queda grande,
sus pensamientos sin tregua,
todo le parece en balde
y se le traba la lengua.
Sus lágrimas aflorando
no le dejan en descanso,
él parece estar penando
sin lograr ningún remanso.
Con la cruz al hombro echada
camina sobre el asfalto,
su vida la ve marcada
por su vivir entre llanto.
Las noches sigue pensando
en aquel amor tan grande,
que fue su vida pasando
como la hoguera cuando arde.
No puede borrar las huellas
de aquella mujer querida,
que le dio jornadas bellas
y una triste despedida.
Nos despedimos con calma,
sin poder borrar su pena,
el amor guarda en el alma
cual si fuera una condena.
G X Cantalapiedra.
Me comentaba un amigo
con sus ojos de tristeza,
“hoy voy sufriendo el castigo
de vivir sin mi pareja”.
La mujer que más quería
se le marchó sin remedio,
fue penosa su agonía
en aquel sufrido medio.
La casa le queda grande,
sus pensamientos sin tregua,
todo le parece en balde
y se le traba la lengua.
Sus lágrimas aflorando
no le dejan en descanso,
él parece estar penando
sin lograr ningún remanso.
Con la cruz al hombro echada
camina sobre el asfalto,
su vida la ve marcada
por su vivir entre llanto.
Las noches sigue pensando
en aquel amor tan grande,
que fue su vida pasando
como la hoguera cuando arde.
No puede borrar las huellas
de aquella mujer querida,
que le dio jornadas bellas
y una triste despedida.
Nos despedimos con calma,
sin poder borrar su pena,
el amor guarda en el alma
cual si fuera una condena.
G X Cantalapiedra.