Nacimiento del
río Manzanares y el Ventisquero de la Condesa.
Desde el nacimiento del río Manzanares y la parte baja del Ventisquero podemos ver la Pedriza y el
embalse de Santillana.
El Manzanares discurre íntegramente por la Comunidad de
Madrid, y después de un recorrido de 92 kilómetros, desemboca en el río Jarama, en el término municipal de Rivas-Vaciamadrid
Pasado la Bola del Mundo (Alto de Guarramillas), bajando por su cara sureste, en el término municipal de
Manzanares el Real, se encuentra el Ventisquero de la Condesa.
A la mayoría, quizá, estas
fotografías no os digan nada (lo entiendo perfectamente, pues no tienen mucha espectacularidad), pero si ya os comento que es aquí donde nace “nuestro” querido río Manzanares seguro que ya las veréis con otros ojos. Y el lugar del Ventisquero de la Condesa tiene una
historia tan sorprendente como curiosa.
- La primera sorpresa: en esta zona se puede ver
nieve la mayor parte del año. Las fotografías están tomadas a finales del mes de junio de diferentes años.
- El nombre de Ventisquero de la Condesa hace referencia a la todopoderosa
familia Mendoza, en concreto a la condesa Doña Francisca de Silva y Mendoza, Marquesa de Santillana y Condesa del Real de Manzanares, antigua propietaria de estas tierras.
-El boyante negocio de la nieve.
Hoy día, la electricidad nos permite fabricar hielo, enfriar o congelar bebidas y alimentos… Pero antiguamente la obtención del mismo se llevaba a cabo directamente de la
montaña y los ventisqueros eran los lugares idóneos para obtener la nieve acumulada durante el
invierno. A partir del siglo XVII y hasta finales del siglo XIX, la nieve de este Ventisquero y del de la Najarra era llevada a Madrid, y a algunos
pueblos cercanos, desde mayo hasta muy entrado el
verano en grandes
carros tirados por caballerías. Además de para conservar alimentos, se puso de moda la
costumbre de tomar granizados y refrescos. El hielo también era utilizado por médicos y farmacéuticos para rebajar fiebres o inflamaciones.
Gracias a la nieve de los ventisqueros y a los
pozos de nieve que se crearon al pie de los mismos y en las ciudades de destino para su conservación y almacenaje, se amasaron inmensas fortunas.
- En el Ventisquero de la Condesa todavía podemos ver parte de un muro que se usaba para que el nevero retuviera y aguantara la nieve durante más tiempo. Está justo por encima de la caseta donde “nace” el río Manzanares.