Se encuentra situada junto a la localidad de Manzanares el Real e integrada en el parque regional de la Cuenca Alta del Manzanares, declarado reserva de la Biosfera por la Unesco en 1992.
La erosión ha creado un fantástico mundo de formas. La Pedriza debe su nombre a la gran cantidad de rocas que integran este paraje, en el que encontraremos formas enormemente curiosas cómo el pájaro, la tortuga o el collado de la silla (que se asemeja a una silla de montar), modelados por la acción de los fenómenos atmosféricos sobre el granito. El roquedo es sin duda lo característico de La Pedriza, formado por granitos con todo tipo de formas y modelados. La Pedriza es, por tanto, una fantástica composición de rocas pulimentadas y redondeadas formando un espectacular relieve granítico que se adosa a la falda sur de la Cuerda Larga -Cabezas de Hierro 2.386 m.- (ecosistema de Alta Montaña). En su característico paisaje contrastan los coloridos afloramientos rocosos pulimentados y redondeados junto a canchos de granito con la vegetación y los cursos de agua de montaña. Es, en fin, un paraje de formas caprichosas elaboradas por siglos de erosión.
La Pedriza tiene un gran valor ecológico. La importancia de La Pedriza se debe a que contiene sistemas escasamente modificados: pinares, río, roquedo, teniendo además elementos fáunicos de alto valor ecológico.
La Pedriza se formó a partir de rocas fundidas en el interior profundo de la Tierra hace más de 300 millones de años.
Estas rocas estaban fundidas debido a la alta presión y a la elevada temperatura. Las rocas de La Pedriza son endógenas, es decir, se consolidaron en el interior de la Tierra. En el Paleozoico medio (hace 350 a 290 mill. De años) se formaron los gneises. En el Paleozoico superior (hace 290 a 250 mill. De años) se formaron los granitos. En el Mesozoico (hace 250 a 65 mill. De años) se inician los procesos erosivos.
Las principales rocas que la forman son: granitos(93 %), gneises (4 %) y arcillas (3 %).
Los gneises son más antiguos y están en las zonas más elevadas.
Los granitos aparecen en las zonas medias. Los granitos de La Pedriza son rocas que afloraron a la superficie por desmantelamiento de los materiales que los recubrían. Al acercarse a la superficie se cristalizaron los minerales que en el caso del granito son el cuarzo, feldespato y mica. Después de enfriarse se producen roturas y fragmentaciones en las rocas. En La Pedriza la roca suele presentar cuarzo, feldespato, biotita y, a veces, moscovita y con tamaños de grano medio a grueso. El predominio de feldespato y cuarzo hace prevalecer el color grisáceo claro. Al oxidarse el hierro que contienen las micas biotíticas aparece el característico color ocre-rojizo de La Pedriza.
Una vez que el granito está en el exterior, el agua y el hielo penetran por las grietas fragmentando los bloques.
Y el viento pule las aristas. La Pedriza es un gran ejemplo de modelado en granito, definido por una red de fracturas compuesta de diversidad de fallas y fisuras. En La Pedriza, por sus características estructurales y su pasado climático, se han escindido torreones, yelmos, tolmeras y piedras caballeras. De composición heterogénea, pero con carácter compacto, estas rocas cristalinas presentan planos netos de fracturación que guían el modelado. Por todos estos procesos químicos y mecánicos, La Pedriza presenta un elevado número de formas caprichosas y curiosas.
Por sus montañas y su río La Pedriza siempre ha sido un lugar interesante para los seres humanos. Así en la Pedriza se han encontrado restos de asentamientos paleolíticos (Edad de la piedra), y por aquí han dejado huella las diferentes civilizaciones y culturas que han poblado sus alrededores (romanos, visigodos, árabes, etc.). Es una zona de escalada con más de mil vías en las que predomina la adherencia. Dada sus peculiares características, como un canchal granítico casi único en el mundo, es declarado «sitio y monumento natural de interés nacional» en 1930. Paisajísticamente es un berrocal con domos, agujas, cubos, piedras caballeras, etc., dominado por el risco de El Yelmo (1.714 m), el más significativo junto con el de El Pájaro. Este paraje limita al norte por Cuerda Larga y Cabeza de Hierro Mayor (2.383 m), en la sierra de Guadarrama, donde tiene su nacedero el río Manzanares. En su interior se encuentra el refugio Giner, propiedad de la RSEA Peñalara (inaugurado el 15-5-1916). El inmenso canchal pedricero se divide en dos zonas: La Pedriza Anterior y la Posterior, ésta cerrada por Las Milaneras (1.986 m). Tiene dos bases de acceso: Canto Cochino y El Tranco. De interés para el excursionismo es el ascenso a Las Torres, así como la Senda Maeso que desde el pueblo sube hasta El Yelmo. También son muy recorridos los caminos que suben a los collados de la Dehesilla o de la Ventana, o por la sierra de los Porrones hasta el Ventisquero de la Condesa y La Maliciosa, etc. El sendero GR-10 atraviesa el parque. La opción más completa de senderismo es la llamada Integral de La Pedriza, que supone recorrer por el cordal los dos circos siguiendo la llamada Senda Termes, cuyos principales riscos son: Canto Cochino, Cancho de los Muertos, El Pajarito, La Campana, collado del Romeral, Tres Cestos, El Miradero, callejón de las Abejas, collado de la Ventana, pared de Santillana, la pradera de Navajuelo y el jardín del Torro, collado de la Dehesilla, El Yelmo, barranco de los Huertos, Canto Cochino.
Otra alternativa para entrar "caminando" en La Pedriza -evitando los problemas del aforo máximo y las incomodas esperas- es hacerlo desde El Tranco (960 m.), al que se accede siguiendo el margen izquierdo del río Manzanares a través de Manzanares el Real (908 m.) por una carretera asfaltada (llena de baches). Al final de El Tranco existe un pequeño aparcamiento para dejar el coche. En El Tranco comienza un sendero de ensueño que en media hora nos lleva hasta Cancho Cochino, siguiendo continuamente el curso izquierdo del río Manzanares. Esta opción ha sido la empleada por nosotros bajando desde El Yelmo por la variante que hay hacia El Tranco.
CRISTOBAL POYATO
F O te odio G R A F y A.
La erosión ha creado un fantástico mundo de formas. La Pedriza debe su nombre a la gran cantidad de rocas que integran este paraje, en el que encontraremos formas enormemente curiosas cómo el pájaro, la tortuga o el collado de la silla (que se asemeja a una silla de montar), modelados por la acción de los fenómenos atmosféricos sobre el granito. El roquedo es sin duda lo característico de La Pedriza, formado por granitos con todo tipo de formas y modelados. La Pedriza es, por tanto, una fantástica composición de rocas pulimentadas y redondeadas formando un espectacular relieve granítico que se adosa a la falda sur de la Cuerda Larga -Cabezas de Hierro 2.386 m.- (ecosistema de Alta Montaña). En su característico paisaje contrastan los coloridos afloramientos rocosos pulimentados y redondeados junto a canchos de granito con la vegetación y los cursos de agua de montaña. Es, en fin, un paraje de formas caprichosas elaboradas por siglos de erosión.
La Pedriza tiene un gran valor ecológico. La importancia de La Pedriza se debe a que contiene sistemas escasamente modificados: pinares, río, roquedo, teniendo además elementos fáunicos de alto valor ecológico.
La Pedriza se formó a partir de rocas fundidas en el interior profundo de la Tierra hace más de 300 millones de años.
Estas rocas estaban fundidas debido a la alta presión y a la elevada temperatura. Las rocas de La Pedriza son endógenas, es decir, se consolidaron en el interior de la Tierra. En el Paleozoico medio (hace 350 a 290 mill. De años) se formaron los gneises. En el Paleozoico superior (hace 290 a 250 mill. De años) se formaron los granitos. En el Mesozoico (hace 250 a 65 mill. De años) se inician los procesos erosivos.
Las principales rocas que la forman son: granitos(93 %), gneises (4 %) y arcillas (3 %).
Los gneises son más antiguos y están en las zonas más elevadas.
Los granitos aparecen en las zonas medias. Los granitos de La Pedriza son rocas que afloraron a la superficie por desmantelamiento de los materiales que los recubrían. Al acercarse a la superficie se cristalizaron los minerales que en el caso del granito son el cuarzo, feldespato y mica. Después de enfriarse se producen roturas y fragmentaciones en las rocas. En La Pedriza la roca suele presentar cuarzo, feldespato, biotita y, a veces, moscovita y con tamaños de grano medio a grueso. El predominio de feldespato y cuarzo hace prevalecer el color grisáceo claro. Al oxidarse el hierro que contienen las micas biotíticas aparece el característico color ocre-rojizo de La Pedriza.
Una vez que el granito está en el exterior, el agua y el hielo penetran por las grietas fragmentando los bloques.
Y el viento pule las aristas. La Pedriza es un gran ejemplo de modelado en granito, definido por una red de fracturas compuesta de diversidad de fallas y fisuras. En La Pedriza, por sus características estructurales y su pasado climático, se han escindido torreones, yelmos, tolmeras y piedras caballeras. De composición heterogénea, pero con carácter compacto, estas rocas cristalinas presentan planos netos de fracturación que guían el modelado. Por todos estos procesos químicos y mecánicos, La Pedriza presenta un elevado número de formas caprichosas y curiosas.
Por sus montañas y su río La Pedriza siempre ha sido un lugar interesante para los seres humanos. Así en la Pedriza se han encontrado restos de asentamientos paleolíticos (Edad de la piedra), y por aquí han dejado huella las diferentes civilizaciones y culturas que han poblado sus alrededores (romanos, visigodos, árabes, etc.). Es una zona de escalada con más de mil vías en las que predomina la adherencia. Dada sus peculiares características, como un canchal granítico casi único en el mundo, es declarado «sitio y monumento natural de interés nacional» en 1930. Paisajísticamente es un berrocal con domos, agujas, cubos, piedras caballeras, etc., dominado por el risco de El Yelmo (1.714 m), el más significativo junto con el de El Pájaro. Este paraje limita al norte por Cuerda Larga y Cabeza de Hierro Mayor (2.383 m), en la sierra de Guadarrama, donde tiene su nacedero el río Manzanares. En su interior se encuentra el refugio Giner, propiedad de la RSEA Peñalara (inaugurado el 15-5-1916). El inmenso canchal pedricero se divide en dos zonas: La Pedriza Anterior y la Posterior, ésta cerrada por Las Milaneras (1.986 m). Tiene dos bases de acceso: Canto Cochino y El Tranco. De interés para el excursionismo es el ascenso a Las Torres, así como la Senda Maeso que desde el pueblo sube hasta El Yelmo. También son muy recorridos los caminos que suben a los collados de la Dehesilla o de la Ventana, o por la sierra de los Porrones hasta el Ventisquero de la Condesa y La Maliciosa, etc. El sendero GR-10 atraviesa el parque. La opción más completa de senderismo es la llamada Integral de La Pedriza, que supone recorrer por el cordal los dos circos siguiendo la llamada Senda Termes, cuyos principales riscos son: Canto Cochino, Cancho de los Muertos, El Pajarito, La Campana, collado del Romeral, Tres Cestos, El Miradero, callejón de las Abejas, collado de la Ventana, pared de Santillana, la pradera de Navajuelo y el jardín del Torro, collado de la Dehesilla, El Yelmo, barranco de los Huertos, Canto Cochino.
Otra alternativa para entrar "caminando" en La Pedriza -evitando los problemas del aforo máximo y las incomodas esperas- es hacerlo desde El Tranco (960 m.), al que se accede siguiendo el margen izquierdo del río Manzanares a través de Manzanares el Real (908 m.) por una carretera asfaltada (llena de baches). Al final de El Tranco existe un pequeño aparcamiento para dejar el coche. En El Tranco comienza un sendero de ensueño que en media hora nos lleva hasta Cancho Cochino, siguiendo continuamente el curso izquierdo del río Manzanares. Esta opción ha sido la empleada por nosotros bajando desde El Yelmo por la variante que hay hacia El Tranco.
CRISTOBAL POYATO
F O te odio G R A F y A.