El Castillo de Manzanares el Real se erige como la residencia palaciega de uno de los linajes más influyentes de la Castilla bajomedieval. Bajo la apariencia de una fortaleza, los Mendoza levantan un grandioso palacio, en el que prevalecen las inquietudes estéticas, como prueba el hecho de que contrataran al prestigioso arquitecto Juan Guas, sobre cualquier intención defensiva.
El resultado final es un conjunto que, desde la base de la arquitectura militar, hace suyas las premisas de la arquitectura palaciega, 25 como el equilibrio de formas, la simetría de volúmenes y el gusto por lo decorativo. Además de estos rasgos, el castillo presenta algunas trazas de arquitectura religiosa, visibles en la capilla que aloja en su interior.
El resultado final es un conjunto que, desde la base de la arquitectura militar, hace suyas las premisas de la arquitectura palaciega, 25 como el equilibrio de formas, la simetría de volúmenes y el gusto por lo decorativo. Además de estos rasgos, el castillo presenta algunas trazas de arquitectura religiosa, visibles en la capilla que aloja en su interior.