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MECO: Meco, Villa carismatica para mi, pues pase parte de...

Meco, Villa carismatica para mi, pues pase parte de mi adolescencia, recordando el periodo del 1951 al 1955, y precisamente fue alli donde se me desperto mi aficcion a la Historia. Fue alli donde recibi una mencion extraordinaria, en relacion a esta Ciencia, en referencia a la investigacion historica, pues hubo un concurso sobre el conocimiento de personajes historicos, y yo, que en aquel entonces me regalaron mis padres un libro, que todavia conservo,"Cien figuras españolas"y que yo me habia empollado, me fue facil obtener el sobresaliente. Esta constante la he mantenido toda mi vida, en el area humanista, en mis estudios de Derecho, en Historia del Derecho y en Filosofia de Derecho, obtuve Sobresaliente y Notable asi como en el area de ciencias, obtuve tambien una matricula de honor en Quimica.
De mi libro:"Leyendas Andalusies Almiaregenses"donde describo el pasado islamico de Campo Real, mi cuna natal, fundado por los arabes en el siglo IX. He aqui los Antecedentes.
I-ANTECEDENTES

Campo Real, la antigua Campo de Almiareg, fundada por los árabes, quizá en el siglo IX, donde se describe en las crónicas de la época las andanzas de Hashim El Herrero, muladí toledano que asolo con sus correrías la comarca del Tajuña. Posiblemente por estos motivos, se funda en la época del emir Abderraman II de Córdoba, como un núcleo de defensa militar para combatir a los cristianos del norte y controlar la insumisión del muladí Hashim y someter la arrogancia de las Coras de Toledo y Zaragoza.
En el Cerro de la Tierra, sito en Campo Real, existen restos de una atalaya levantada en la época islámica y que pudo ser la inicial ubicación de Campo de Almiareg. Posteriormente donde está localizada la Iglesia de Nuestra Señora del Castillo existía una Alcazaba o Fortaleza y en su interior una Mezquita con un “alminar” y “mirhab” orientado hacia la Meca, patria del Profeta Mahoma, <<la paz sea con Él>>, mensajero de Dios.
El legado islámico que se conserva de aquella época son las “Leyendas Almiaregenses”, cuentos o relatos cortos, quizá fábulas no escritas y que se transmiten entre generaciones donde sus personajes no reales, ficticios o que posiblemente nunca existieron, intervienen como protagonistas de un entremés, y al final del historia terminan con una máxima moral, cumpliendo con las prescripciones del Libro Sagrado “Alcorán”.
Antes de exponer algunos de éstos, describiré el origen de Campo de Almiareg, su ubicación, sus edificaciones, sus lugares, su vida cotidiana, sus gentes y sus relatos que son un simple monólogo del imán “Ibrahim” a su discípulo “Ahmed” que es quien escucha las enseñanzas del maestro.
Anteriormente en otro de los relatos, afirme que las “Leyendas Almiaregenses” actualmente no escritas, ni publicadas sería un poeta o soñador quien se subrogaría personalmente en recopilarlas y divulgarlas y el destino me ha elegido a mí como el “soñador”, capaz de ejecutar y comentar estos relatos.
Antes de iniciar mis exposiciones, deseo manifestar que en la obra se menciona una serie de símbolos religiosos, tratados por mí, con “devoción y respeto” y estos, de acuerdo con mis propias creencias espirituales, puesto que, aunque nací cristiano y me mantengo en la misma creencia, también Dios, me ha dado la oportunidad de concederme hasta ahora muchos años de vida, y que he tenido la oportunidad de preguntarle varias cuestiones.
¡Quién soy yo!, o ¡Cuál es el significado de mi vida en este mundo! u otras como ¡Para que Dios me ha concedido los años de vida vividos!

Así puesta estas preguntas yo reflexiono y llego a la conclusión, que cuando un ser humano viene a este mundo los primeros conocimientos que adquiere es su pertenencia a una sociedad, que es la humana y después se pregunta: ¡Quién ha creado todo esto! y usando la razón llega a la idea de “algo sobrenatural” o “incognoscible” y a este principio desconocido lo llamamos, “Dios”, otros Yahvé” y también “Alah”. Luego Dios, principio universal en el que creo, envía a la sociedad humana a sus mensajeros, los Profetas Abrahám, Moises, Jesucristo, o Mahoma <<la bendición de Dios sea con todos Ellos” los cuales cumplen con los mandatos divinos ante nosotros, los seres humanos.
En mi opinión tratare los símbolos divinos en referencia a los Profetas de Dios con la misma deferencia respecto a todos ellos, pues para mí, son todos mensajeros de Dios.
En mi libro: Al-Andalus: En busca de la identidad dormida” citó un epígrafe de como era España y su identidad en aquel entonces.
Tras la presencia musulmana a partir del 711 d. C. en Al-Andalus o España, los árabes era un grupo minoritario siendo la población hispano visigoda o la berebere la mayoría.
Cuando muere el Profeta Mahoma<<la paz sea con Él>> el año 633 d. C., es el califa Omar (634-644) quien penetra en Jerusalén, Damasco y Cesárea y sigue la expansión y difusión del Islam en el norte de África por Nubia, Cirenaica, Trípoli y Cartago.
Será posteriormente el Califa Walid I quien extenderá el Islam hacia Oriente, entrando en Samarcanda, cruzando el Indo y conquistando su valle, y penetrando en la China y por Occidente se acomete la difusión del Islam en España aprovechando la división de la población en cristianos unitarios y trinitarios (Concilio de Nicea) acudiendo en ayuda de los cristianos arrianos o unitarios, partidarios de Witiza.
En España islámica, el núcleo de población era la “Medina”donde se encontraba el “Zoco” o mercado y se comercializaba las mercancías utilizando como monedas los dinares, dirhemes o feluses.
El centro espiritual de la “Medina” era la “Mezquita”, lugar para la oración comunitaria aunque se podía practicar la oración particular y cumplir con las prescripciones del Libro Sagrado “Alcorán”.

Los núcleos urbanos o “Medinas” posiblemente nacieron de las “aldeas o alquerías” y cuando se incrementó la población se transformaban en “Medinas”, disponiendo de alumbrado público y también de un sistema real de alcantarillado para la recogida de las aguas residuales; la existencia de baños públicos donde se realizaban las “abluciones” prescritas en “Alcorán” y se realizaba la limpieza corporal y la formación intelectual que se impartía en las “Madrazas” generalmente instaladas en la misma “Mezquita” donde se coreaba en voz alta los versículos del “Alcorán”, sus “azoras” y sus “aleyas”.
Los núcleos de la población generalmente eran amurallados y por la noche se cerraban y había una vigilancia nocturna para evitar los delitos. Esta ha sido mi primera exposición para situar a mis lectores sobre cómo se desarrollan las historias a contar, haciendo énfasis en el fiel retrato del hábitat, sus creencias, sus modos o costumbres etc. para hacer mejor comprender, las historias que relataran los personajes.

Fdo: Julio Reyes Rubio "Al-Mayriti"