Hasta el día e hoy ni conocía a Justo ni conocía su obra. Si Dios existe sabrá recompensar tu trabajo y abnegación; yo, así lo he reconocido hoy en lo más profundo de mi ser. Admiro la fuerza que te impulsa y tu enorme voluntad. Gracias por tu abnegación, por tu fe y por tu obra. No las dejes en manos de la Iglesia.