Desde finales del siglo XIX, este pueblo es reconocido como centro habitual de visitantes que vienen atraídos por el pueblo en sí y por sus alrededores, que son reclamo para numerosos excursionistas y montañeros que se adentran en los puertos de Canencia y Morcuera, donde recorren numerosas rutas y senderos entre los que destaca entre otras muchas el inicio de La Cuerda Larga.