Pues en general creo que nos llevamos bien. No es cuestión de derechas o de izquierdas. Es un problema de llegar al poder con unas determinadas siglas y hacer propuestas en contra de la mayoría en temas tan serios como el urbanismo. Una forma de hacer política que además se aleja de las posiciones ideológicas que dicen defender y que parece que beneficia sólo a un grupúsculo de personas. Es no sentirse representado por las personas a las que se dió el voto. Por eso es por lo que vecinos de diferentes posiciones políticas llegan a ponerse de acuerdo. Y eso pasa aquí y en muchos municipios de España a los que el ladrillo intenta devorar.
R.
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