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Casa de Campo. Mirador de la Huerta de la Partida, Paseo del Embarcadero, 3, MONCLOA - ARAVACA

Mirador de la Huerta de la Partida.
Casa de Campo, Paseo del Embarcadero, 3.

La Huerta de la Partida es un espacio natural de 38.000 metros cuadrados cercano a la Casa de Campo. Se encuentra en el entorno de Madrid Río, justo a la altura del Puente del Rey en camino hacia el Lago de la Casa de Campo.
En la parte más alta de la huerta, ha sido instalado un mirador desde el que se puede ver algunos monumentos importantes de Madrid, como el Palacio Real, La Almudena, San Francisco el Grande, Edificio España o la Torre de Madrid.
Los orígenes de la huerta se remontan al siglo XVI como área de cultivo que abastece de hortalizas al vecino Palacio de los Vargas. La ciudad va creciendo durante los siglos posteriores, y lo hace en una dirección que no interfiere con la Huerta, es por esta razón por la que se mantiene durante siglos. Durante la Segunda República se cedió al Comité de Plantas Medicinales, y se plantaron diversas plantas medicinales que se popularizó entre los madrileños que iban recolectar. Durante la Guerra Civil fue un frente de batalla muy intenso que hace desaparecer prácticamente la huerta.
La creación de la M-30 puso en peligro su existencia, pero a comienzos del siglo XXI el soterramiento de dicha vía abrió la posibilidad de enlazar esta huerta con el centro de Madrid.
En 2007 el Ayuntamiento de Madrid repobló el espacio con árboles integrándolo en el área Madrid Río.
Y estas son las bellas vistas desde este lugar en época otoñal.

Casa de Campo.

La Casa de Campo pertenece al distrito de Moncloa-Aravaca.
Es un jardín histórico y el mayor parque público de Madrid.
Tiene una extensión de 1722,6 hectáreas. Duplica la extensión del Bosque de Bolonia, en París, y casi duplica también la del Parque Forestal de Monsanto, en Lisboa; es cinco veces más grande que el Central Park de Nueva York y 6,5 veces más grande que Hyde Park de Londres.
La Casa de Campo se originó como tal en 1519, cuando Francisco de Vargas y Medina, señor de la Casa de Vargas, mandó construir una residencia en las riberas del río Manzanares, junto a la desembocadura del arroyo Meaques, en terrenos que eran propiedad de su linaje. Se trataba de una casa de campo, en la línea de las villas y casinos italianos de la época.
Antes de que en 1561 Felipe II estableciera la capitalidad en Madrid, el emperador Carlos I pasó largas temporadas en el Palacio de los Vargas.
Habida cuenta de su cercanía con el Real Alcázar (residencia oficial de la familia real), Felipe II mandó comprar las fincas próximas al Alcázar con la intención de integrarlas dentro de una gran masa forestal que pusiera en contacto el Alcázar con el Real Sitio de El Pardo. Esta franja territorial, además de preservarle de la exposición pública le posibilitaría su esparcimiento personal, y le permitía la práctica de la caza dada la riqueza cinegética de la zona.
Y desde entonces, la Casa de Campo fue propiedad histórica de la Corona Española y coto de caza de la realeza.
Tras la proclamación de la Segunda República, estos terrenos fueron cedidos por el Estado al pueblo de Madrid (1 de mayo de 1931), estando desde entonces abierto al público.
El conjunto de la Casa de Campo fue declarado en 2010 Bien de Interés Cultural por la Comunidad de Madrid.
La normativa del Plan General de Ordenación Urbana del Ayuntamiento de Madrid, de 1997, lo cataloga como parque histórico.