Acueducto de la Partida.
Casa de
Campo,
Paseo del Embarcadero, 6.
Si paseas por las inmediaciones del
lago de la Casa de Campo, en la confluencia del paseo del Embarcadero con el paseo Azul, te encontrarás con este acueducto de Sabatini, una construcción del siglo XVIII que ha sido objeto de obras de recuperación hace pocos años por el mal estado en el que se encontraba.
El acueducto derivaba parte del
agua que el estanque grande recibía del arroyo Meaques, a fin de abastecer los
jardines del Palacete de Iván de Vargas y el regadío de la
huerta de la Partida.
De su diseño se encargó el arquitecto de la casa real, Francisco Sabatini, en torno a 1778. Junto a la obra hidráulica se encuentra una
fuente muy posterior, de la época de la Segunda República, que sirve también de contención de las tierras del terraplén.
Casa de Campo.
La Casa de Campo pertenece al distrito de Moncloa-Aravaca.
Es un
jardín histórico y el mayor
parque público de
Madrid.
Tiene una extensión de 1722,6 hectáreas. Duplica la extensión del Bosque de Bolonia, en París, y casi duplica también la del Parque Forestal de Monsanto, en Lisboa; es cinco veces más grande que el Central Park de Nueva York y 6,5 veces más grande que Hyde Park de Londres.
La Casa de Campo se originó como tal en 1519, cuando Francisco de Vargas y Medina, señor de la Casa de Vargas, mandó construir una residencia en las riberas del
río Manzanares, junto a la desembocadura del arroyo Meaques, en terrenos que eran propiedad de su linaje. Se trataba de una casa de campo, en la línea de las villas y
casinos italianos de la época.
Antes de que en 1561 Felipe II estableciera la capitalidad en Madrid, el emperador Carlos I pasó largas temporadas en el
Palacio de los Vargas.
Habida cuenta de su cercanía con el Real Alcázar (residencia oficial de la
familia real), Felipe II mandó
comprar las
fincas próximas al Alcázar con la intención de integrarlas dentro de una gran masa forestal que pusiera en contacto el Alcázar con el Real Sitio de
El Pardo. Esta franja territorial, además de preservarle de la
exposición pública le posibilitaría su esparcimiento personal, y le permitía la práctica de la
caza dada la riqueza cinegética de la zona.
Y desde entonces, la Casa de Campo fue propiedad histórica de la Corona Española y coto de caza de la realeza.
Tras la proclamación de la Segunda República, estos terrenos fueron cedidos por el Estado al
pueblo de Madrid (1 de mayo de 1931), estando desde entonces abierto al público.
El conjunto de la Casa de Campo fue declarado en 2010 Bien de Interés Cultural por la Comunidad de Madrid.
La normativa del Plan General de Ordenación Urbana del
Ayuntamiento de Madrid, de 1997, lo cataloga como parque histórico.