Comenzamos la visita al Hayedo guiados por los contactos de nuestro R.L., Alvaro. No podemos fumar, ni separarnos del camino, ni hacer pipi. Al principio nos extraña pero conforme vamos adentrándonos en el hayedo comprendemos perfectamente la razón de la medida. Miles y miles de personas al año lo visitan, nos encontramos con varios grupos, y, ya sabemos lo respetuosa que se ha vuelto la gente últimamente, seguro que a más de uno se le ocurriría hacer una barbacoa, en fin, sigamos. El hayedo es precioso, ... (ver texto completo)