El lúpulo se utiliza básicamente en la fabricación de cerveza, de la que se considera una de sus materias primas o constituyentes notables insustituibles, junto con la malta, el
agua y la levadura, proporcionándola su característico amargor al cocer junto con el mosto, proceso que produce la transformación (isomerización) de sus resinas convirtiéndolas en compuestos amargos.
Además se utiliza como planta medicinal y en otros países se ha aprovechado incluso como alimento (espárragos de lúpulo.