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MONTEJO DE LA SIERRA: Según el Dr. José Lluis Berdonces en su obra Gran enciclopedia...

Según el Dr. José Lluis Berdonces en su obra Gran enciclopedia de las plantas medicinales, la rosa canina contiene dentro de las vitaminas:

Entre 500 y 1.700 mg por cada 1000 gramos de vitamina C en los frutos
140 microgramos cada 100 gramos de vitamina B1
7 microgramos cada 100 gramos de vitamina B2
Además de vitamina que y P
También destacan los hidratos de carbono (30%), pectina (11%), taninos (3%), ácidos málico y cítrico (3%), aceites (2%), y pigmentos (carotenos)

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VIRTUDES

En otros tiempos, el rosal silvestre gozó de gran aprecio por las múltiples facultades curativas que le fueron atribuidas, principalmente durante el Renacimiento. Por razón de su contenido en tanino, la más general es la astringente.

Si el nombre de tapaculo alude, como se dice, a las virtudes antidiarreicas del escaramujo o es mera corrupción de escarbaculo, con reminiscencias catalanas y francesas, no podemos dilucidarlo.

El agua de rosas, considerada como oftálmica, la pomada de rosas, el jarabe de que nos habla Andrés de Laguna, el rodomiel o miel rosada, se obtienen o preparan con los pétalos de rosas dobles, muy perfumadas y cultivadas en jardinería.

Aunque para obtener el agua de rosas también han sido utilizados los pétalos del rosal silvestre, el mérito principal de este arbusto radica en el escaramujo, de gran valor antiscorbútico por su extraordinaria riqueza en vitamina C. Se le atribuyen también facultades diuréticas, sin temor, se dice, a que su uso prolongado dañe jamás a los riñones. Y es creencia popular que comiendo cantidad suficiente de escaramujos enteros, con sus granos y sus pelitos se arroja de sí la lombriz solitaria; algunos atribuyen su efecto a la picapica, que la tenia no podría resistir.

En cuanto a sus granos, los fructículos de dureza pétrea que guarda en su seno el escaramujo, han sido utilizados para combatir el mal de piedra, quizá por simple sugestión, que atribuiríamos a la forma y consistencia de aquéllos. En cambio, recientes investigaciones de Garello Cantoni (1939) demostraron que ejerce una influencia tóxica sobre la medula oblonga o bulbo raquídeo, y, en general sobre el sistema nervioso; influye también sobre el corazón, que, a dosis excesivas, puede pararse en diástole. Por consiguiente, obrará con prudencia todo aquel que, sin consejo médico, utilice los fructículos del escaramujo, sobre todo pulverizados.

Sin embargo, tomando de Kroeber la noticia, el cocimiento de tales granos previamente pulverizados, que huelen a vainilla, es empleado en muchas localidades alemanas en lugar del té negro y se tiene por febrífugo.

Según Leclerc, el bedegar puede considerarse tónico y antisudorífico, sobre todo tratándose de tuberculosos y nefríticos.

Se usa, la raíz, en cocimiento, a la proporción de 3 onzas por 1, 5 l. De agua, hasta que mengüe a 1 l. Lo mismo, o algo más cargado se prepara el cocimiento de las hojas. Ambos sirven para cortar la diarrea, bebidos a tazas cuantas se quieran. Nada diremos de los pétalos de este rosal silvestre, porque el lector podrá utilizar con ventaja los de la rosa castellana o de la rosa de cien hojas.

Los escaramujos mejor es comerlos frescos, como una fruta cualquiera, porque no saben desagradablemente cuando están en sazón; se parten a lo largo, se quitan los huesecitos y los pelos, y se lavan en agua corriente. En este caso la vitamina se aprovecha en su totalidad.

Con los escaramujos bien limpios de pelos y granos, machacados hasta reducirlos a pulpa, y añadiéndoles por lo menos su propio peso de azúcar, se prepara, en frío, una mermelada de rosas, que contiene también la totalidad de la vitamina.

Cuando en lugar de tomar la fruta fresca o la mermelada se prepara con ella un cocimiento, parte de dicha vitamina C se destruye por el calor. Además, el contenido en vitamina varía según las razas del rosal silvestre, la localidad en que se ha criado, el tempero del año, el grado de maduración, etc., antes o después de su perfecto grado de sazón los escaramujos no han alcanzado el máximo vitamínico o van perdiéndolo con mayor o menor rapidez.

Si el cocimiento hierve largo rato, por ejemplo, hasta reducirse a una tercera parte o a la mitad la cantidad de agua puesta a hervir, la vitamina se pierde por completo o en gran parte; pero, en este caso, aprovecha como diurético y astringente.

Para las personas de edad, Fournier ("Plantes Médicinales", III pág. 356) recomienda la preparación del siguiente licor de rosas. Se toma 1 l. De escaramujos, 3 l. De espíritu de vino y 0, 5 kg. De azúcar cande, y, todo junto, se pone en una garrafa; se tiene en maceración, prolongada de quince días a un mes en un lugar caliente (entiéndase templado o no demasiado frío), y pasados aquellos días se filtra. Este aguardiente se mezcla con la cantidad de agua que cada uno prefiera. Dícese que es un licor fortificante.

El bedegar se toma en infusión, como tónico y diurético, empleando un par de onzas por cada litro de agua.


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