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MONTEJO DE LA SIERRA: Tilo (Tilia sp.) Composición Química y Propiedades...

Tilo
(Tilia sp.)

Composición Química y Propiedades Medicinales

Pese al gran uso del tilo en medi-cina popular, la bibliografía consigna poca información sobre su uso.

Los datos fitoquímicos y farma-cológicos del tilo se refieren en for-mamá exclusiva a la flor, ya que ésta es la parte más utilizada medicinal-mente. Como se trata de una planta de origen europeo, la mayor infor-mación proviene de ese continente.



La flor del tilo posee varios y variados tipos de principios activos. El más característico es un aceite esencial, rico en farnesol (fuente Quer, 1982; Thompson, 1981; Schauemberg, 1972). Este compuesto, que es un alcohol sesquiterpénico alifático (fuente Quer, 1982), es el responsable del perfume ligero y agradable de la flor.
ésta también posee cantidades variables de mucílagos, taninos, heterósidos flavónicos y otros azúcares (fuente Quer 1982; Ubilla, 1969, Schauemberg, 1972).

La flor del tilo, como es común en todas las plantas con aceites esenciales, tiene propiedades sedantes y antiespasmódicas; de aquí su utilidad en los trastornos de origen nervioso que aquejan al aparato digestivo o al corazón. Las flores también poseen efectos diaforéticos y febrífugos, que calman las molestias del resfrío común.
El padre Zinn (1929) se refiere extensamente a los valores medicinales del polvo del carbón del tilo. Le asigna un poder febrífugo y otro tónico, además de una lista de otros muchos efectos, donde destaca el efecto favorable en el tratamiento de la tiña y de otras lesiones de la piel.

Sugerencias para el Uso del Tilo

Infusión: (Para combatir las molestias del resfrío, como sedante y contra las cefaleas). Se prepara poniendo agua caliente hervida en una taza con flores de tilo (3-4 flores). La dosis es dos tazas al día.

Decocción: (Para tratar la tiña y el sarpullido). Se prepara con 10 gramos de flores por litro de agua y se pone a calentar hasta que hierva. Se deja enfriar y se aplica sobre las lesiones.

Maceración: (Para las quemaduras). Se remoja la corteza en agua fría hasta que se forme un mucílago (sustancia gelatinosa). Luego, se aplica éste sobre la piel quemada.