Si te digo la verdad, no se por que hoy, precisamente hoy y después de 45 años de no saber nada de Morata ni tener ningún tipo de contacto con Morata ni los morateños, he sentido la necesidad de escribir algo sobre mi niñez.
¡Que recuerdos!. Invariablemente, todos los días al colegio con don Juan Torres (la persona que más me ha enseñado en mi vida). Las tardes en la Plaza del Espejo, jugando a indios y vaqueros. Así un día tras otro. Las novedades eran escasas.
Los domingos estaba mal visto no ir a misa.
Por las tardes, la plaza (Era así, LA PLAZA) a visitar inmediatamente el puesto de la tía Machacona para la compra de alguna chuchería que nunca pasaba de una peseta de coste.
De vez en cuando, la visita a Crece a tomar una rueda de gambas (naturalmente acompañado de los padres) y, lo más importante, la mesa tenía que ser donde se nos viese bien, para que el resto pudiese ver el poderío.
¡Que recuerdos!. Esto es síntoma de que ya me queda poco.
Un saludo para todos los morateños.
¡Que recuerdos!. Invariablemente, todos los días al colegio con don Juan Torres (la persona que más me ha enseñado en mi vida). Las tardes en la Plaza del Espejo, jugando a indios y vaqueros. Así un día tras otro. Las novedades eran escasas.
Los domingos estaba mal visto no ir a misa.
Por las tardes, la plaza (Era así, LA PLAZA) a visitar inmediatamente el puesto de la tía Machacona para la compra de alguna chuchería que nunca pasaba de una peseta de coste.
De vez en cuando, la visita a Crece a tomar una rueda de gambas (naturalmente acompañado de los padres) y, lo más importante, la mesa tenía que ser donde se nos viese bien, para que el resto pudiese ver el poderío.
¡Que recuerdos!. Esto es síntoma de que ya me queda poco.
Un saludo para todos los morateños.