Plaza de San Cosme y San Damián y Plazuela del Calvario
La calle de la Constitución nos acerca hasta la plaza de San Cosme y San Damián donde, además de encontrar la Cruz del Arciprestazgo, con la que se pretende dejar constancia de la categoría de Arciprestazgo, adquirida por Navalcarnero en 1885, descansa la ermita del mismo nombre, quizá la más antigua de la Villa Real.
Hoy, podemos ver entre sus muros, la capilla dedicada a San Pedro, en memoria del antiguo Hospital que existió en este lugar. En sus proximidades varios escudos de nobleza (C/ de la Constitució noº 53 y 120), nos adentrarán en la historia de esta Villa Real.
Sin apenas dejar el templo el Paseo de San Cosme nos conduce a la plazuela del Calvario, tres cruces de granito nos indican el lugar exacto donde llega, cada año, la procesión del Jueves Santo.
La plazuela es el punto intermedio hasta alcanzar el Matadero Municipal, edificio inaugurado en 1892 y tal vez uno de los mejores ejemplos de la arquitectura de ladrillo de finales del siglo XIX.
La calle de la Constitución nos acerca hasta la plaza de San Cosme y San Damián donde, además de encontrar la Cruz del Arciprestazgo, con la que se pretende dejar constancia de la categoría de Arciprestazgo, adquirida por Navalcarnero en 1885, descansa la ermita del mismo nombre, quizá la más antigua de la Villa Real.
Hoy, podemos ver entre sus muros, la capilla dedicada a San Pedro, en memoria del antiguo Hospital que existió en este lugar. En sus proximidades varios escudos de nobleza (C/ de la Constitució noº 53 y 120), nos adentrarán en la historia de esta Villa Real.
Sin apenas dejar el templo el Paseo de San Cosme nos conduce a la plazuela del Calvario, tres cruces de granito nos indican el lugar exacto donde llega, cada año, la procesión del Jueves Santo.
La plazuela es el punto intermedio hasta alcanzar el Matadero Municipal, edificio inaugurado en 1892 y tal vez uno de los mejores ejemplos de la arquitectura de ladrillo de finales del siglo XIX.