HISTORIA DE NUEVO BAZTAN-EDAD MODERNA Y COMTEMPORANEA
Nota. Anteriormente me equivoque involutariamente y donde digo: HISTORIA DE NUEVO BAZTAN-EDAD MEDIA Y MODERNA, quise decir EDAD ANTIGUA Y MEDIA.
De mi ensayo:"Otras Villas de la comarca alcalaina: Historia, Arte y Tradiciones"incluyo mi version.
Hasta el año 1574, es el rey Felipe II, quien otorga el titulo de Villa a Olmeda de las Fuentes.
A lo largo del siglo XVI, adquiere el título de Villa, por parte de muchas aldeas del alfoz de Alcalá de Henares y adquiere con Felipe II su autonomía de Alcalá, el 22 de agosto de 156,4 pudiendo nombrar justicias y cualquier gestión de su gobierno y administración.
La Olmeda, debía pagar las alcabalas a la Corona que serían entregadas a Juan de Latur, por el importe de 7500 maravedis por vecinos, que sumaban un total de 829.500. La Corona para paliar su situación económica por las innumerables guerras en la que tenía su protagonismo, vende la jurisdicción de Olmeda a señores particulares.
Y asi, en 1576, Baltasar Lomelín, adquiere la jurisdicción, señorío y vasallaje de la misma por 2.385.090 maravedis pagados a Juan Fernandez de Espinosa, tesorero del rey y miembro del Consejo de Hacienda por escritura otorgada ante el escribano, Pedro de Velasco, en Madrid el 13 de Junio de 158.
Esta venta fue anulada dos años más tarde, por el pleito interpuesto por los vecinos, que pudieron ejercer el derecho a tanteo. El resultado fue la adquisición por los vecinos de la jurisdicción de esta Villa por 1.743.750 maravedis según consta en la escritura del 2 de Marzo de 1584 ante el mismo escribano.
En 1593 se volvería a vender las alcabalas de la Olmeda, junto a otros pueblos a D. Pedro de Franqueza, Conde de Villalonga, miembro del Consejo de Estado del Rey y del Tribunal de la Inquisición.
Durante un siglo Olmeda, cuenta con su propia jurisdicción, hasta que el año 1685 cuando los vecinos, no pudiendo mantenerla, se la venden a Fernando Antonio de Loyola, que recibirá del rey, el título de Marqués de la Olmeda, “título vitalicio” que no pasará al siguiente comprador. D. Juan de Goyeneche. Sería este último, quien venderá la jurisdicción de la Villa a Juan de Goyeneche, quien compra el Señorío de la Villa La Olmeda de la Cebolla en 1714. Establecería en Olmeda, su primera industria fundada para abastecer a las tropas reales de artículos textiles, de muy buena calidad.
Esta actividad fue el esplendor de esta Villa, tanto económica como demográfica y mientras permaneció la industria, la Villa estaba en el entorno a los 800 habitantes.
Al morir D. Juan de Goyeneche, el mayorazgo paso a su hijo primogénito, Francisco Javier de Goyeneche que moriría el año 1748 sin descendencia convirtiendo en heredero a su hermana Dª Francisco Miguel Goyeneche, Conde Saceda y Marqués de Belzunce, casado con María Antonia de la Indaburu quien al fallecimiento de su esposo, se haría cargo de la jurisdicción de la Olmeda, como tutora de su hijo, el siguiente heredero D. Juan Javier de Goyeneche e Indaburu.
Durante este periodo, nació en esta Villa un personaje, Pedro Páez Xaramillo, misionero jesuita y primer europeo en alcanzar las Fuentes del Nilo Azul en 1618.
Tras la Guerra de la Independencia en el siglo XIX, fue lugar de correrías del famoso guerrillero Juan Martín Díaz “El Empecinado” quien dirigía el “Batallón de Tiradores de Sigüenza” que fue el azote de los invasores franceses por sus acciones bélicas imprevistas en Guadalajara, Cuenca y en la campiña alcalaina.
En el año 1833, Javier de Burgos, ministro de Fomento, realiza la división administrativa del reino de España, e inscribe a Nuevo Baztan, dentro de la provincia de Madrid.
Las Cortes de Cádiz suprimían los Señoríos jurisdiccionales mediante el Decreto del 6 de julio de 1811, pero una vez derrotados los franceses y expulsados de España, los avatares políticos (vuelta al absolutismo) hicieron frenar las reivindicaciones de los ayuntamientos de recuperar la plena jurisdicción sobre el territorio del municipio y sería en 1834, cuando tras la introducción del régimen liberal, definitivamente queda abolido el régimen señorial.
A lo largo del siglo XIX, durante la vigencia de los distintos gobiernos liberales se van a producir las “desamortizaciones” que es un proceso de expropiación o nacionalización de las propiedades de la Iglesia en concepto de venta de los llamadas “manos muertas”, nombre que recibieron las instituciones como la Iglesia y los Consejos que no podían vender sus tierras.
Las Guerras Carlistas, iniciadas contra el gobierno liberal tenían a los insumisos del norte (vascos y navarros), catalanes y valencianos, todos juntos a una activa Institución, que será la Iglesia, quien avivaba desde el púlpito la sedición y rebelión contra la monarquía liberal y ésta, inició el proceso de “desamortización de los bienes de la Iglesia” para poder sufragar con medios económicos la formación de un ejército, dotado de pertrechos y soldados para combatir a las partidas facciosas que querían imponer por la fuerza, el régimen absoluto.
Posteriormente se suceden otros pasajes históricos como la Revolución y Constitución del 1869, el gobierno provisional del general Serrano, el reinado de Amadeo I de Saboya, la I República en 1873, período que termina con el golpe del Estado del general Pavía, quien entra con las tropas en el Congreso en 1874, seguido por el pronunciamiento militar del general Martínez Campos en Sagunto en el año 1874, imponiendo por la fuerza de las armas, la Restauración de la monarquía borbónica, en la persona de Alfonso XII.
Durante los siglos XIX y XX hay un descenso demográfico por dos motivos: por el cierre a principios del siglo XIX de la fábrica de paños y telares de la familia Goyeneche y se pasa de una economía industrializada a una tradicional, basada en la agricultura y ganadería y en el siglo XX, la modernización agrícola obliga a la población a emigrar a ciudades cercanas.
Ya en el siglo XX, se produce un cambio político, con la proclamación de la II República, he iniciada la Guerra Civil, Nuevo Baztan, es ocupada por el bando republicano y en el río Jarama se localizan las tropas combatientes como “Las Brigadas Internacionales” que tienen un protagonismo en estos hechos bélicos, que forman parte de historia de España.
En mi libro: “La España critica…. una Iberia posible” comento esta tragedia humana y manifiesto:
“Desgraciadamente, la anarquía existente en las dos Españas enfrentadas, trajo, sin por ello olvidar, otras sangres inocentes derramadas, con los métodos represivos de los dos bandos, que usaron dureza.
Vamos a recordar, dos víctimas de esta barbarie, la desaparición de dos personajes, que la sufrieron, en su persona, dos genios de la pluma, Federico García Lorca y Ramiro de Maeztu, inútilmente sacrificados, por el odio enfermo de los contendientes. Olvidemos para siempre esta tragedia, con su memoria histórica y sepultemos definitivamente, la triste realidad, que denunciaba Mariano José de Larra, del convulso periodo decimonónico: “Aquí yace media España, murió de la otra media”.
Recordemos tiempos pasados, donde reinaba la armonía en el pueblo y todo el estrato social, participaba en actos colectivos como se refleja, el gran genio pictórico, Francisco de Goya, en su obra “La Pradera de San Isidro” con escenas de fiestas, alegría común y jolgorio popular y en otros como “La carga de los mamelucos” donde todo un pueblo unido, participa en su lucha contra el invasor francés.
Terminada la guerra transcurre su historia dentro del régimen de Franco hasta que en el año 1977 se incorpora como villa, tras la Ley de la Reforma Política al nuevo sistema democrático actual.
Es necesario completar la historia de esta noble Villa, no sin antes dedicar un recuerdo, a su fundador y describir su biografía y su imperecedera obra.
Fdo: Julio Reyes Rubio "Al-Mayriti"
Nota. Anteriormente me equivoque involutariamente y donde digo: HISTORIA DE NUEVO BAZTAN-EDAD MEDIA Y MODERNA, quise decir EDAD ANTIGUA Y MEDIA.
De mi ensayo:"Otras Villas de la comarca alcalaina: Historia, Arte y Tradiciones"incluyo mi version.
Hasta el año 1574, es el rey Felipe II, quien otorga el titulo de Villa a Olmeda de las Fuentes.
A lo largo del siglo XVI, adquiere el título de Villa, por parte de muchas aldeas del alfoz de Alcalá de Henares y adquiere con Felipe II su autonomía de Alcalá, el 22 de agosto de 156,4 pudiendo nombrar justicias y cualquier gestión de su gobierno y administración.
La Olmeda, debía pagar las alcabalas a la Corona que serían entregadas a Juan de Latur, por el importe de 7500 maravedis por vecinos, que sumaban un total de 829.500. La Corona para paliar su situación económica por las innumerables guerras en la que tenía su protagonismo, vende la jurisdicción de Olmeda a señores particulares.
Y asi, en 1576, Baltasar Lomelín, adquiere la jurisdicción, señorío y vasallaje de la misma por 2.385.090 maravedis pagados a Juan Fernandez de Espinosa, tesorero del rey y miembro del Consejo de Hacienda por escritura otorgada ante el escribano, Pedro de Velasco, en Madrid el 13 de Junio de 158.
Esta venta fue anulada dos años más tarde, por el pleito interpuesto por los vecinos, que pudieron ejercer el derecho a tanteo. El resultado fue la adquisición por los vecinos de la jurisdicción de esta Villa por 1.743.750 maravedis según consta en la escritura del 2 de Marzo de 1584 ante el mismo escribano.
En 1593 se volvería a vender las alcabalas de la Olmeda, junto a otros pueblos a D. Pedro de Franqueza, Conde de Villalonga, miembro del Consejo de Estado del Rey y del Tribunal de la Inquisición.
Durante un siglo Olmeda, cuenta con su propia jurisdicción, hasta que el año 1685 cuando los vecinos, no pudiendo mantenerla, se la venden a Fernando Antonio de Loyola, que recibirá del rey, el título de Marqués de la Olmeda, “título vitalicio” que no pasará al siguiente comprador. D. Juan de Goyeneche. Sería este último, quien venderá la jurisdicción de la Villa a Juan de Goyeneche, quien compra el Señorío de la Villa La Olmeda de la Cebolla en 1714. Establecería en Olmeda, su primera industria fundada para abastecer a las tropas reales de artículos textiles, de muy buena calidad.
Esta actividad fue el esplendor de esta Villa, tanto económica como demográfica y mientras permaneció la industria, la Villa estaba en el entorno a los 800 habitantes.
Al morir D. Juan de Goyeneche, el mayorazgo paso a su hijo primogénito, Francisco Javier de Goyeneche que moriría el año 1748 sin descendencia convirtiendo en heredero a su hermana Dª Francisco Miguel Goyeneche, Conde Saceda y Marqués de Belzunce, casado con María Antonia de la Indaburu quien al fallecimiento de su esposo, se haría cargo de la jurisdicción de la Olmeda, como tutora de su hijo, el siguiente heredero D. Juan Javier de Goyeneche e Indaburu.
Durante este periodo, nació en esta Villa un personaje, Pedro Páez Xaramillo, misionero jesuita y primer europeo en alcanzar las Fuentes del Nilo Azul en 1618.
Tras la Guerra de la Independencia en el siglo XIX, fue lugar de correrías del famoso guerrillero Juan Martín Díaz “El Empecinado” quien dirigía el “Batallón de Tiradores de Sigüenza” que fue el azote de los invasores franceses por sus acciones bélicas imprevistas en Guadalajara, Cuenca y en la campiña alcalaina.
En el año 1833, Javier de Burgos, ministro de Fomento, realiza la división administrativa del reino de España, e inscribe a Nuevo Baztan, dentro de la provincia de Madrid.
Las Cortes de Cádiz suprimían los Señoríos jurisdiccionales mediante el Decreto del 6 de julio de 1811, pero una vez derrotados los franceses y expulsados de España, los avatares políticos (vuelta al absolutismo) hicieron frenar las reivindicaciones de los ayuntamientos de recuperar la plena jurisdicción sobre el territorio del municipio y sería en 1834, cuando tras la introducción del régimen liberal, definitivamente queda abolido el régimen señorial.
A lo largo del siglo XIX, durante la vigencia de los distintos gobiernos liberales se van a producir las “desamortizaciones” que es un proceso de expropiación o nacionalización de las propiedades de la Iglesia en concepto de venta de los llamadas “manos muertas”, nombre que recibieron las instituciones como la Iglesia y los Consejos que no podían vender sus tierras.
Las Guerras Carlistas, iniciadas contra el gobierno liberal tenían a los insumisos del norte (vascos y navarros), catalanes y valencianos, todos juntos a una activa Institución, que será la Iglesia, quien avivaba desde el púlpito la sedición y rebelión contra la monarquía liberal y ésta, inició el proceso de “desamortización de los bienes de la Iglesia” para poder sufragar con medios económicos la formación de un ejército, dotado de pertrechos y soldados para combatir a las partidas facciosas que querían imponer por la fuerza, el régimen absoluto.
Posteriormente se suceden otros pasajes históricos como la Revolución y Constitución del 1869, el gobierno provisional del general Serrano, el reinado de Amadeo I de Saboya, la I República en 1873, período que termina con el golpe del Estado del general Pavía, quien entra con las tropas en el Congreso en 1874, seguido por el pronunciamiento militar del general Martínez Campos en Sagunto en el año 1874, imponiendo por la fuerza de las armas, la Restauración de la monarquía borbónica, en la persona de Alfonso XII.
Durante los siglos XIX y XX hay un descenso demográfico por dos motivos: por el cierre a principios del siglo XIX de la fábrica de paños y telares de la familia Goyeneche y se pasa de una economía industrializada a una tradicional, basada en la agricultura y ganadería y en el siglo XX, la modernización agrícola obliga a la población a emigrar a ciudades cercanas.
Ya en el siglo XX, se produce un cambio político, con la proclamación de la II República, he iniciada la Guerra Civil, Nuevo Baztan, es ocupada por el bando republicano y en el río Jarama se localizan las tropas combatientes como “Las Brigadas Internacionales” que tienen un protagonismo en estos hechos bélicos, que forman parte de historia de España.
En mi libro: “La España critica…. una Iberia posible” comento esta tragedia humana y manifiesto:
“Desgraciadamente, la anarquía existente en las dos Españas enfrentadas, trajo, sin por ello olvidar, otras sangres inocentes derramadas, con los métodos represivos de los dos bandos, que usaron dureza.
Vamos a recordar, dos víctimas de esta barbarie, la desaparición de dos personajes, que la sufrieron, en su persona, dos genios de la pluma, Federico García Lorca y Ramiro de Maeztu, inútilmente sacrificados, por el odio enfermo de los contendientes. Olvidemos para siempre esta tragedia, con su memoria histórica y sepultemos definitivamente, la triste realidad, que denunciaba Mariano José de Larra, del convulso periodo decimonónico: “Aquí yace media España, murió de la otra media”.
Recordemos tiempos pasados, donde reinaba la armonía en el pueblo y todo el estrato social, participaba en actos colectivos como se refleja, el gran genio pictórico, Francisco de Goya, en su obra “La Pradera de San Isidro” con escenas de fiestas, alegría común y jolgorio popular y en otros como “La carga de los mamelucos” donde todo un pueblo unido, participa en su lucha contra el invasor francés.
Terminada la guerra transcurre su historia dentro del régimen de Franco hasta que en el año 1977 se incorpora como villa, tras la Ley de la Reforma Política al nuevo sistema democrático actual.
Es necesario completar la historia de esta noble Villa, no sin antes dedicar un recuerdo, a su fundador y describir su biografía y su imperecedera obra.
Fdo: Julio Reyes Rubio "Al-Mayriti"
No deseo que se ofenda, pero debe cuidar "También" la puntuación.
En www. henargraf. com, al final, puede encontrar una gran ayuda.
Reciba un saludo. Es estupendo encontrar una documentación tan cláramente expuesta.
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