Las cuevas de Perales de Tajuña
El encanto de Perales de Tajuña reside en su paisaje. Desde la lejanía parece que las viviendas de Perales ascendieran para juntarse alrededor de la iglesia de Nuestra Señora del Castillo, bautizada así por asentarse sobre una antigua fortaleza. La población es conocida por sus cuevas y sus numerosas fuentes que se esparcían por sus calles, la mayoría desaparecidas en la actualidad, menos algunas como la fuente de la Mariblanca.
Recorriendo las estrechas y empinadas callejuelas del casco antiguo llegaremos hasta la iglesia de Santa María del Castillo, del siglo XVII, construida sobre los cimientos de la antigua fortaleza medieval. En el Risco de las Cuevas se encuentran cerca de 70 oquedades excavadas en los cantiles calizos que vigilan el río y que fueron utilizadas por los celtíberos para defenderse de los invasores romanos.
El encanto de Perales de Tajuña reside en su paisaje. Desde la lejanía parece que las viviendas de Perales ascendieran para juntarse alrededor de la iglesia de Nuestra Señora del Castillo, bautizada así por asentarse sobre una antigua fortaleza. La población es conocida por sus cuevas y sus numerosas fuentes que se esparcían por sus calles, la mayoría desaparecidas en la actualidad, menos algunas como la fuente de la Mariblanca.
Recorriendo las estrechas y empinadas callejuelas del casco antiguo llegaremos hasta la iglesia de Santa María del Castillo, del siglo XVII, construida sobre los cimientos de la antigua fortaleza medieval. En el Risco de las Cuevas se encuentran cerca de 70 oquedades excavadas en los cantiles calizos que vigilan el río y que fueron utilizadas por los celtíberos para defenderse de los invasores romanos.