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L as aguas del río Lozoya, que forman el embalse de Pinilla, reflejan la silueta de esta localidad serrana. Mucho antes de que el embalse anegara parte de sus terrenos, los habitantes de Pinilla ya cuidaban del ganado por estas tierras. Restos del paleolítico así lo atestiguan. Al igual que los agarenos que fueron expulsados por los cristianos quienes fundaron esta población allá por el siglo XIV. Pinilla perteneció a Segovia hasta 1833 cuando se incorpora a territorio madrileño. Antes de entrar en el pueblo, en las márgenes del arroyo de los Hoyos, una zona de juego infantil permite también dar un ligero paseo, que con el caminar llega hasta un puente de madera y a otro subterráneo que permite sortear la carretera y llegar hasta la ermita de la localidad. Desde aquí se vislumbra muy bien el pico Peñalara. La ermita cuenta con mesas y bancos en los que poder tomar fuerzas. Eso si, no siempre se encuentra abierta su cancela. Una vez en el pueblo es interesante su ayuntamiento y la factura de la iglesia de San ...