Por qué no quiero el circuito
El indudable impacto medioambiental del proyecto es una de las razones principales por las que la se considera esta iniciativa inviable y dañina para los intereses de los ciudadanos. El ruido generado no sólo por el circuito en sí, sino también por las concentraciones masivas de personas y vehículos, así como la destrucción de los más importantes acuíferos del municipio, generarían consecuencias gravísimas de las que los promotores del proyecto no están informando a la población.
Además, la recalificación de casi cinco millones de metros cuadrados para el proyecto conlleva el cierre total del municipio de cara al futuro, y al agotamiento de un recurso natural tan importante y escaso como es el suelo, algo que contradice los principios de la Carta de Aalborg, a la que Pinto se ha adherido recientemente. Esta recalificación como “poco justificable”, puesto que implica la modificación del Plan General de Ordenación Urbana aprobado hace muy poco tiempo. También hay que señalar la existencia de 3.500 viviendas dentro del proyecto de las que los promotores no habían hablado hasta hace escasos meses.
En cuanto al proyecto en sí, existen serias dudas sobre la veracidad de los datos ofrecidos por los promotores en cuanto a su viabilidad e impacto económico. Las cifras han ido cambiando progresivamente, y que de los 1.500 empleos de los que el Alcalde habló en el Pleno de marzo se ha pasado a los 40.000 que aparecen en la publicidad adjunta al último número de la revista municipal, algo que “no sabemos si está pagando la misma iniciativa privada que llevará a cabo el proyecto, o lo está haciendo el propio Ayuntamiento”.
El indudable impacto medioambiental del proyecto es una de las razones principales por las que la se considera esta iniciativa inviable y dañina para los intereses de los ciudadanos. El ruido generado no sólo por el circuito en sí, sino también por las concentraciones masivas de personas y vehículos, así como la destrucción de los más importantes acuíferos del municipio, generarían consecuencias gravísimas de las que los promotores del proyecto no están informando a la población.
Además, la recalificación de casi cinco millones de metros cuadrados para el proyecto conlleva el cierre total del municipio de cara al futuro, y al agotamiento de un recurso natural tan importante y escaso como es el suelo, algo que contradice los principios de la Carta de Aalborg, a la que Pinto se ha adherido recientemente. Esta recalificación como “poco justificable”, puesto que implica la modificación del Plan General de Ordenación Urbana aprobado hace muy poco tiempo. También hay que señalar la existencia de 3.500 viviendas dentro del proyecto de las que los promotores no habían hablado hasta hace escasos meses.
En cuanto al proyecto en sí, existen serias dudas sobre la veracidad de los datos ofrecidos por los promotores en cuanto a su viabilidad e impacto económico. Las cifras han ido cambiando progresivamente, y que de los 1.500 empleos de los que el Alcalde habló en el Pleno de marzo se ha pasado a los 40.000 que aparecen en la publicidad adjunta al último número de la revista municipal, algo que “no sabemos si está pagando la misma iniciativa privada que llevará a cabo el proyecto, o lo está haciendo el propio Ayuntamiento”.