La matanza
A finales de Noviembre, cuando comienza a hacer frio, se celebran en nuestros pueblos las matanzas, que son, sobre todo, fiestas familiares, pues en ellas participan toda la familia y también algunos vecinos. Suelen sacrificarse de uno a cuatro gochos por familia, dpendiendo del tamaño de la misma.
La matanza comienza muy temprano, entre las seis y las ocho de la mañana, aunque algunas familias la hacen por la tarde. Normalmente la persona que se encarga de sacrificar al gocho es el “matarife” o “matanchín” que además extrae los órganos no comestibles, descuartiza al animal y separa cada tipo de carne para después embutirla o conservarla para su posterior consumo.
La persona que decide que esa carne se puede consumir es el veterinario al que se le envian parte de las vísceras, la lengua y un trozo de la cabeza para que lo analice.
El trabajo que realizan ese día los hombres y las mujeres son muy distintos: los hombres matan al gocho, chamuscan su piel, pican y amasan la carne y al final del día cuelgan las piezas.
Mientras, las mujeres limpian y llenan las tripas del gocho, guisan la carne, se encargan de cocinar la comida de ese día y friegan todos los utensilios que se han utilizado.
A medio día se descansa para comer, y pronto se vuelve al trabajo. Al final de la jornada se cuelga la chacina, es decir, todos los productos que se han sacado del gocho y que se han de curar durante el invierno. Normalmente se coloca en un lugar seco y suelen encenderse lumbres para que se sequen aún más.
Todo esto se irá consumiendo durante el año y es algo indispensable en la despensa de cualquier familia ¡Ya sabeis que del gocho se aprovecha todo, hasta los andares!
A finales de Noviembre, cuando comienza a hacer frio, se celebran en nuestros pueblos las matanzas, que son, sobre todo, fiestas familiares, pues en ellas participan toda la familia y también algunos vecinos. Suelen sacrificarse de uno a cuatro gochos por familia, dpendiendo del tamaño de la misma.
La matanza comienza muy temprano, entre las seis y las ocho de la mañana, aunque algunas familias la hacen por la tarde. Normalmente la persona que se encarga de sacrificar al gocho es el “matarife” o “matanchín” que además extrae los órganos no comestibles, descuartiza al animal y separa cada tipo de carne para después embutirla o conservarla para su posterior consumo.
La persona que decide que esa carne se puede consumir es el veterinario al que se le envian parte de las vísceras, la lengua y un trozo de la cabeza para que lo analice.
El trabajo que realizan ese día los hombres y las mujeres son muy distintos: los hombres matan al gocho, chamuscan su piel, pican y amasan la carne y al final del día cuelgan las piezas.
Mientras, las mujeres limpian y llenan las tripas del gocho, guisan la carne, se encargan de cocinar la comida de ese día y friegan todos los utensilios que se han utilizado.
A medio día se descansa para comer, y pronto se vuelve al trabajo. Al final de la jornada se cuelga la chacina, es decir, todos los productos que se han sacado del gocho y que se han de curar durante el invierno. Normalmente se coloca en un lugar seco y suelen encenderse lumbres para que se sequen aún más.
Todo esto se irá consumiendo durante el año y es algo indispensable en la despensa de cualquier familia ¡Ya sabeis que del gocho se aprovecha todo, hasta los andares!