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PRADENA DEL RINCON: Los Berros Los antiguos peregrinos del Camino de...

Los Berros

Los antiguos peregrinos del Camino de Santiago empleaban los berros como planta medicinal contra las inflamaciones, los dolores producidos por el reuma, las grietas de la piel y otras heridas.
En muy pocos años, los berros han pasado de ser un hierbajo del que sólo se alimentaban las ovejas, a una exquisitez que mejora, en sabor y en estética, cada plato que toca.
Esta planta herbácea está contraindicada para todos aquellos que padezcan de gastritis, úlcera gastroduodenal, hipotiroidismo e inflamación de las vías urinarias. Tampoco es aconsejable su consumo para los pacientes con problemas de hipertensión.

Su forma estéticamente delicada y su sabor, ligeramente picante, han convertido a los berros en uno de esos ingredientes que transforman una ensalada en algo más que una mezcla de lechuga y tomate. En la actualidad, esta preciada planta está considerada casi una exquisitez, pero es así desde hace muy poco. Tradicionalmente, era alimento de ovejas y poco más; de hecho, la generación que ronda los 60 ó 70 años no tiene costumbre de consumirlos.

La situación hoy es bien distinta. Nadie duda de sus excelencias y son pocos los que no han sucumbido a un plato de berros con aceite de oliva y a utilizarlos como acompañamiento de quesos y nueces. Lo que no todos saben es que requieren de una escrupulosa limpieza, aunque en multitud de establecimientos se comercializan ya limpios; envasados en bolsas y preparados para su consumo.

Originaria de Asia septentrional y Europa, esta planta tiene la ventaja añadida de ser hipocalórica y tener un alto valor energético. Una vez en casa, deben utilizarse casi de inmediato (no aguanta más de tres o cuatro días en la nevera). Para su perfecta conservación, déjelos envueltos en el plástico o, mejor aún, póngalos en agua en un ramillete o enteramente sumergidos en ese líquido en una ensaladera.