En las ofrendas, Silvia y Verónica, Luis y Tomasín y Oscar y Noelia y Estefanía llevan al
altar los
frutos de la tierra y de su trabajo (donde está el
frontón estaban
las eras para
trillar el centeno y la cebada, que hoy ya no hay). Hoy, la miel y el repollo, las
flores y los
juegos de los niños... El cardenal hace la
señal de la
cruz en la frente de pequeños y enfermos. Un anciano saca el moquero de cuadros de
colores y se seca una lágrima: demasiado fuertes los recuerdos. El padre Demetrio (tres
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