Por el "Camino viejo a Robledillo" hasta el cerro Larda y vuelta por la Senda del Portillo de la Jara
(9Km. 2h.)
Este largo recorrido comienza junto a la Fuente Vieja, ascendemos por la calle de la Fuente unos 100m, hasta encontrar una senda a nuestra izquierda que conduce a las huertas. Bajaremos por ella hasta llegar al río de la Puebla. Merece la pena pararse y pasear por su ribera donde disfrutaremos de su bonita aliseda, acompañada por sauces y álamos temblones. Continuando por la ladera de los Cañamares podremos disfrutar de una atractiva dehesa de montaña (resultado de un aprovechamiento forestal y ganadero en perfecto equilibrio), con sus magníficos ejemplares de robles albar y cuidadas praderas con pronunciada pendiente, donde pastan algunos rebaños de ovejas. Frente a los tinados a donde nos conduce la senda, giramos a derecha y pasamos el Arroyo de los Hermosillos, donde todavía se pueden ver (por encima de la senda) las pozas "cocer el lino" que se producía en el pueblo. Aquí, atravesamos la reguera y llegamos al cruce de caminos (baliza noº5); si queremos subir al Collado Larda continuaremos por el de la derecha. Si optamos por acortar el recorrido tomaremos el desvío en el cruce de caminos, y bajaremos por la senda que rodea el robledal que ocupa las antiguas Huertas de Abajo. Al descender por una pradera, junto a unas peñas encontraremos la central hidroeléctrica que abasteció de «luz» al pueblo en los años 30, de la que solo quedan restos. Todavía podemos distinguir el caz que abastecía el depósito y que aseguraba su funcionamiento aunque bajara el caudal del río. El agua descendía desde el depósito, por la tubería metálica, hasta las aspas de la turbina. Desde aquí cruzaremos el río por el puente de hormigón y volveremos al pueblo por la carretera de Robledillo de la Jara. Para subir al Cerro Larda, comenzamos la subida al collado por un monte bajo de brezos y brecina que cambia a jaral según subimos por la ladera. Desde esta observamos el Barrio de la Ciguiruela, formado por un conjunto de tinados y que se utilizaba en la curiosa y peculiar trashumancia del ganado dentro del municipio. La abundancia de jaras está ligada al abandono de las prácticas ganaderas en el municipio, donde solo quedan algunas cabras y ovejas. Poco antes de llegar al collado, pasaremos por el Arroyo Larda. Encontraremos, al pie de la senda, la Fuente Larda, donde podremos refrescarnos antes de seguir el recorrido. Continuando la subida llegamos al collado, donde podemos disfrutar de unas atractivas panorámicas o subir al Cerro Larda. Estas praderas de montaña bajo los grandes robles son los yerbíos, preferidos por el ganado en verano, ya que tardan más en agostarse v corre viento fresco. Atravesaremos el collado y rodearemos el cerro por un canchal en su ladera nordeste. En estas laderas encontramos grandes y viejos robles que han resistido las duras condiciones del terreno, aprovechando el suelo que se desarrolló debajo de los derrubios de cuarcitas. Después de bajar de Cabeza Larda llegaremos, a la pequeña pradera de la Longañuela, desde donde continuaremos, atravesando el jaral, hasta la Peña Atalaya. Este risco nos ofrece una panorámica del sorprendente cortado, en los plegamientos de cuarcita, del encajado Arroyo de la Guilajara en su unión con el río de la Puebla. Desde aquí, tomaremos el Camino del Tormo, que alternando entre robledales y jalales nos conducirá (después de 1.5 Km) hasta la nueva carretera de Robledillo de la Jara a La Puebla. A 250m por la carretera encontraremos la senda a nuestra derecha, entre la Carretera y el río de la Puebla, que nos conducirá hasta el Molino de Abajo. Esta construcción, hoy en ruinas, conserva los engranajes y las piedras que lo hicieron trabajar hasta los años 60. La corriente captada por el caz accionaba las ruedas horizontales que movían la maquinaria, para después, salir por el arco de doble rosca de lajas de piedra, y volver al río. Desde aquí, continuaremos nuestro paseo hasta el área Recreativa que se encuentra junto al río, y después de cambiar de orilla, pasaremos junto a los tinados de la Ciguiruela. A unos 200m avistaremos la Ermita de Nuestra Señora de la Soledad, que nos indicará el final de nuestro duro, pero atractivo recorrido por los cerros de la Puebla.
(9Km. 2h.)
Este largo recorrido comienza junto a la Fuente Vieja, ascendemos por la calle de la Fuente unos 100m, hasta encontrar una senda a nuestra izquierda que conduce a las huertas. Bajaremos por ella hasta llegar al río de la Puebla. Merece la pena pararse y pasear por su ribera donde disfrutaremos de su bonita aliseda, acompañada por sauces y álamos temblones. Continuando por la ladera de los Cañamares podremos disfrutar de una atractiva dehesa de montaña (resultado de un aprovechamiento forestal y ganadero en perfecto equilibrio), con sus magníficos ejemplares de robles albar y cuidadas praderas con pronunciada pendiente, donde pastan algunos rebaños de ovejas. Frente a los tinados a donde nos conduce la senda, giramos a derecha y pasamos el Arroyo de los Hermosillos, donde todavía se pueden ver (por encima de la senda) las pozas "cocer el lino" que se producía en el pueblo. Aquí, atravesamos la reguera y llegamos al cruce de caminos (baliza noº5); si queremos subir al Collado Larda continuaremos por el de la derecha. Si optamos por acortar el recorrido tomaremos el desvío en el cruce de caminos, y bajaremos por la senda que rodea el robledal que ocupa las antiguas Huertas de Abajo. Al descender por una pradera, junto a unas peñas encontraremos la central hidroeléctrica que abasteció de «luz» al pueblo en los años 30, de la que solo quedan restos. Todavía podemos distinguir el caz que abastecía el depósito y que aseguraba su funcionamiento aunque bajara el caudal del río. El agua descendía desde el depósito, por la tubería metálica, hasta las aspas de la turbina. Desde aquí cruzaremos el río por el puente de hormigón y volveremos al pueblo por la carretera de Robledillo de la Jara. Para subir al Cerro Larda, comenzamos la subida al collado por un monte bajo de brezos y brecina que cambia a jaral según subimos por la ladera. Desde esta observamos el Barrio de la Ciguiruela, formado por un conjunto de tinados y que se utilizaba en la curiosa y peculiar trashumancia del ganado dentro del municipio. La abundancia de jaras está ligada al abandono de las prácticas ganaderas en el municipio, donde solo quedan algunas cabras y ovejas. Poco antes de llegar al collado, pasaremos por el Arroyo Larda. Encontraremos, al pie de la senda, la Fuente Larda, donde podremos refrescarnos antes de seguir el recorrido. Continuando la subida llegamos al collado, donde podemos disfrutar de unas atractivas panorámicas o subir al Cerro Larda. Estas praderas de montaña bajo los grandes robles son los yerbíos, preferidos por el ganado en verano, ya que tardan más en agostarse v corre viento fresco. Atravesaremos el collado y rodearemos el cerro por un canchal en su ladera nordeste. En estas laderas encontramos grandes y viejos robles que han resistido las duras condiciones del terreno, aprovechando el suelo que se desarrolló debajo de los derrubios de cuarcitas. Después de bajar de Cabeza Larda llegaremos, a la pequeña pradera de la Longañuela, desde donde continuaremos, atravesando el jaral, hasta la Peña Atalaya. Este risco nos ofrece una panorámica del sorprendente cortado, en los plegamientos de cuarcita, del encajado Arroyo de la Guilajara en su unión con el río de la Puebla. Desde aquí, tomaremos el Camino del Tormo, que alternando entre robledales y jalales nos conducirá (después de 1.5 Km) hasta la nueva carretera de Robledillo de la Jara a La Puebla. A 250m por la carretera encontraremos la senda a nuestra derecha, entre la Carretera y el río de la Puebla, que nos conducirá hasta el Molino de Abajo. Esta construcción, hoy en ruinas, conserva los engranajes y las piedras que lo hicieron trabajar hasta los años 60. La corriente captada por el caz accionaba las ruedas horizontales que movían la maquinaria, para después, salir por el arco de doble rosca de lajas de piedra, y volver al río. Desde aquí, continuaremos nuestro paseo hasta el área Recreativa que se encuentra junto al río, y después de cambiar de orilla, pasaremos junto a los tinados de la Ciguiruela. A unos 200m avistaremos la Ermita de Nuestra Señora de la Soledad, que nos indicará el final de nuestro duro, pero atractivo recorrido por los cerros de la Puebla.