La
puerta de entrada a la
Iglesia, de estilo
gótico isabelino, con profusión de
adornos.
En 1835 la desamortización de Mendizábal afectó de lleno al
monasterio y la orden Cartuja fue exclaustrada. Buena parte de las obras de
arte que el monasterio contenía se perdieron entonces, como, por ejemplo, los
retablos y
altares que decoraban las paredes de la iglesia y los miles de libros que albergaba su magnífica
biblioteca. Ya sin monjes que ocupasen el
claustro, en 1876, poco después de que Alfonso XII ascendiese al trono, el gobierno declaró al Real Monasterio de
Santa María de El Paular como
Monumento Nacional, lo que, probablemente, salvó al
edificio de la
ruina total.