Junto a las
aguas de este arroyo (afluente del
río de La Angostura) se encuentra un pequeño y escondido bosque de tejos centenarios y milenarios.
El tejo ("Taxus baccata") fue considerado un
árbol sagrado por los celtas. Debido a su fortaleza y gran longevidad era un símbolo de tránsito a la reencarnación.