Es una de las pocas esculturas en el mundo dedicadas en exclusiva a Lucifer. Existe una en La Habana (Cuba). La obra, elaborada en bronce por Ricardo Bellver en 1877, fue presentada en la Exposición Internacional de Paris. En ella se ve a este ángel, desgarrado, en el momento de ser arrastrado por una serpiente de siete cabezas hasta el averno.
La escultura costó 4.500 pesetas y suscitó muchas polémicas entre los que veían inconcebible colocar en un parque público una obra de esta naturaleza.