El antiguo
monasterio de
san Jerónimo el Real, conocido popularmente como «Los Jerónimos», fue uno de los
monasterios más importantes de
Madrid, regido originariamente por la Orden de San Jerónimo. Junto a él existía el llamado Cuarto Real, luego ampliado como
Palacio del Buen
Retiro en tiempos de Felipe IV
Conocido popularmente como «Los Jerónimos», fue uno de los
conventos más importantes de Madrid. Junto a él existía el llamado Cuarto Real, luego ampliado como Palacio del Buen Retiro en tiempos de Felipe IV. Desde 1925 la
iglesia es considerada
Monumento Nacional.
Sus orígenes se remontan al año 1464, cuando el rey Enrique IV de Trastámara fundó el Monasterio de
Santa María del Paso a orillas del
río Manzanares, cerca de El Pardo. Dada la insalubridad de la zona, los monjes solicitaron a los reyes un traslado a otro sitio más saludable. La reina Isabel la Católica les concedió el actual emplazamiento, en 1502, más cercano a la Corte, conocido desde entonces como el Prado de San Jerónimo.
El Monasterio fue un lugar emblemático de la Corte, escenario de las ceremonias de juras de los herederos de la corona de
España como príncipes de
Asturias, desde Felipe II (1528) hasta Isabel II (1833), así como de varias Cortes Españolas y ordenaciones episcopales.
Del
convento subsisten actualmente la iglesia y un
claustro, a espaldas del
Museo del Prado. La iglesia es de estilo
gótico. Se levanta sobre una planta de
cruz latina y está compuesta por una nave central, crucero y cinco
capillas a cada lado. La
monumental escalinata de acceso de la
calle Alarcón fue construida para la
boda de Alfonso XIII y Victoria Eugenia, en 1906.
Por su parte, el claustro sufrió un progresivo deterioro a lo largo del siglo XIX y, tras un acuerdo con las autoridades eclesiásticas, fue recuperado e incorporado al Museo del Prado como parte de la ampliación diseñada por el arquitecto Rafael Moneo. Por su actual aspecto exterior, el claustro se conoce popularmente como el «Cubo de Moneo».
En 2010 se finalizaron las obras de restauración de todo el conjunto, excepto las
escaleras, por el arquitecto Francisco Jurado, que recuperó la imagen anterior del
edificio.