Puerta de Hierro.
Glorieta de Puerta de Hierro, s/n.
A diferencia de las otras
puertas monumentales de
Madrid, la Puerta de Hierro no se encuentra en el casco urbano, sino en las afueras, por lo que esta puerta es casi una desconocida para muchos madrileños.
Tal ubicación responde a su función original, pues fue erigida como entrada al Real Sitio de El Pardo, históricamente una zona de
caza reservada a la monarquía española y que, en la actualidad, se encuentra protegida a través del
Parque Regional de la
Cuenca Alta del Manzanares.
La Puerta de Hierro es obra del arquitecto Francisco Nagle e intervinieron en su elaboración Francisco Moradillo y el
escultor Olivieri, que se encargaron de materializar los elementos decorativos.
Realizada en
piedra blanca de Colmenar de Oreja y granito. Una verja de hierro forjado une los diferentes elementos arquitectónicos.
Se edificó entre 1751 y 1753, durante el reinado de Fernando VI, a cuya iniciativa se debió también la construcción de una valla que rodeaba el perímetro del
Monte de El Pardo.
A principios del siglo XX, circulaba por los vanos de la puerta un
tranvía que comunicaba la zona de La Florida con el
pueblo de El Pardo. La línea fue clausurada al poco tiempo por dificultades económicas.
Actualmente ocupa una isleta ajardinada, definida por varios ramales de las autopistas A-6 y M-30, que bordean este enclave de difícil acceso. Está en una encrucijada de
carreteras, que no fue su ubicación original, pues durante una de las últimas ampliaciones llevadas a cabo en la
Carretera de A Coruña, fue desmontada pieza a pieza para alejarla unos metros de su localización tradicional.
Puertas Monumentales de Madrid.
A lo largo de su
historia, Madrid ha tenido varias
murallas y cercas. Estas construcciones se hicieron, por un lado, para proteger la ciudad, y por otro, para controlar sanitariamente en sus puertas a todo el que quisiera pasar al interior de la villa… y también fiscalmente, pues era el lugar donde se recaudaban los impuestos. Las llamadas ”Reales Puertas”.
En el siglo XVIII había en Madrid cinco “Reales Puertas” que coincidían con los principales
caminos de acceso a la ciudad: las Puertas de Alcalá, Atocha, Bilbao,
Segovia y
Toledo (hoy día solo se conservan las de Alcalá y Toledo). A las otras Puertas de menor categoría y que por aquel entonces convivían con las “Reales” se las denominaba “portillos” o “póstigos”.
Aquellas antiguas murallas se suprimieron, y hoy apenas quedan unos restos de ellas, pero de lo que sí podemos disfrutar todavía es de siete Puertas Monumentales que se levantaron en su día para embellecer la ciudad, y que aquí siguen con nosotros.
Son las puertas de Alcalá, Hierro, Toledo y
San Vicente. Y los accesos a
jardines históricos como la de Felipe IV en El
Retiro y Puerta Real y Puerta Norte en el Real
Jardín Botánico.