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Por suerte recia mocita, hay personas que miran hacia atrás sin ira, lo que no quiere decir que no les de rabia cuando, al hacerlo ven, lo que de verdad pasó y que hasta hace muy poco tiempo nadie nos quería contar.
Hoy en día, por nuestras Españas todas, contamos con buenos profesionales, profesores o licenciados en Historia que aún a pesar de las muchas cortapisas que ese conglomerado de personas herederas porque sí y porque lo dicen y se lo creen ellos de verdad, o eso parece, de los “valores” emanados de un movimiento militar rebelde, caciquil y religioso que consiguió con las fuerza de las armas y del dinero vencer a los defensores de la II República Española, y los que, por llamarlo de alguna manera decimos que son el “franquismo sociológico renuente;” realizan su trabajo de buceo y análisis de aquellos años luctuosos de manera aséptica, desmontando, si procede, orlas o mitos creados en torno a personas que tomaron parte directamente en aquellos acontecimientos que, nos guste a no reconocerlo, han condicionado nuestras vidas y todavía hoy, condicionan nuestro presente.
Si no recuerdo mal, fue el día nueve de los corrientes, cuando la pareja formada por Manuel Día Ortíz y María Jesús Milán Aguado, ambos historiadores, ambos barceloneses, autores entre otros de PRENSA Y REPUBLICANISMO RURAL EN EL BADAJOZ DEL SIGLO XX (Las virutas de la memoria) merecedor del premio Arturo Barea del año 2008; y de, CUESTA: EL EMPECINADO EXTREMEÑO (la Guerrilla Extremeña frente a Napoleón) que obtuvo el premio José María de Calatrava en el año 2009, además de AMARRADOS AL NEGOCIO (Reformismo Borbónico y suministro de jarcia para la Armada Real) (1675-1751) tesis doctoral, por la que obtuvieron el Premio Virgen del Carmen, que otorga la Armada Española; presentaron en Torre de Miguel Sesmero y en su Centro Social, otra de sus obras, mejor dicho, otro de sus exhaustivos y documentados trabajos, en el que nos explican en profundidad, cómo era la vida en esa localidad y, por ende en las de los alrededores, durante la Segunda República, hincando sus raíces en el Movimiento Obrero y su desarrollo durante el periodo de la dictadura de Primo de Rivera. Actividades que acabaron desembocando en los sangrientos episodios que se perpetraron en la zona desde el inicio de la rebelión del 36 tras la toma de Badajoz.
Como a todos sus trabajos, les han puesto un título largo: RÉPUBLICA Y GUERRA CIVIL EN TORRE DE MIGUEL SESMERO (1936-1939). Sus protagonistas son hombres y mujeres de ese pueblo, marcados par la tragedia de la sinrazón, cuyo recuerdo está presente en sus calles, unas con silencios que gritan y otras escondido bajo el lastre de años de incomprensión y de libertad condicionada. Aparte, claro está, del ruidoso desconocimiento del pasado de las generaciones presentes y sobre todo emergentes.
Circunstancias esta última, de la que se aprovechan aquellos pescadores en ríos revueltos, siempre al acecho para perpetuarse en sus posiciones de dominio caiga quien caiga y pase y lo que pase quienes, no dudan al decir y escribir, que sacar a la luz la historia que nadie nos contó, es reabrir heridas, como si alguna vez esas heridas que quizá algún antepasado suyo hizo, se hubiesen cerrado, entre otras razones, porque hasta el año 75 no cesaron de hurgar en ellas y después, intentaron e intentan cada día que la infección se recrudezca.
Salud.
Por suerte recia mocita, hay personas que miran hacia atrás sin ira, lo que no quiere decir que no les de rabia cuando, al hacerlo ven, lo que de verdad pasó y que hasta hace muy poco tiempo nadie nos quería contar.
Hoy en día, por nuestras Españas todas, contamos con buenos profesionales, profesores o licenciados en Historia que aún a pesar de las muchas cortapisas que ese conglomerado de personas herederas porque sí y porque lo dicen y se lo creen ellos de verdad, o eso parece, de los “valores” emanados de un movimiento militar rebelde, caciquil y religioso que consiguió con las fuerza de las armas y del dinero vencer a los defensores de la II República Española, y los que, por llamarlo de alguna manera decimos que son el “franquismo sociológico renuente;” realizan su trabajo de buceo y análisis de aquellos años luctuosos de manera aséptica, desmontando, si procede, orlas o mitos creados en torno a personas que tomaron parte directamente en aquellos acontecimientos que, nos guste a no reconocerlo, han condicionado nuestras vidas y todavía hoy, condicionan nuestro presente.
Si no recuerdo mal, fue el día nueve de los corrientes, cuando la pareja formada por Manuel Día Ortíz y María Jesús Milán Aguado, ambos historiadores, ambos barceloneses, autores entre otros de PRENSA Y REPUBLICANISMO RURAL EN EL BADAJOZ DEL SIGLO XX (Las virutas de la memoria) merecedor del premio Arturo Barea del año 2008; y de, CUESTA: EL EMPECINADO EXTREMEÑO (la Guerrilla Extremeña frente a Napoleón) que obtuvo el premio José María de Calatrava en el año 2009, además de AMARRADOS AL NEGOCIO (Reformismo Borbónico y suministro de jarcia para la Armada Real) (1675-1751) tesis doctoral, por la que obtuvieron el Premio Virgen del Carmen, que otorga la Armada Española; presentaron en Torre de Miguel Sesmero y en su Centro Social, otra de sus obras, mejor dicho, otro de sus exhaustivos y documentados trabajos, en el que nos explican en profundidad, cómo era la vida en esa localidad y, por ende en las de los alrededores, durante la Segunda República, hincando sus raíces en el Movimiento Obrero y su desarrollo durante el periodo de la dictadura de Primo de Rivera. Actividades que acabaron desembocando en los sangrientos episodios que se perpetraron en la zona desde el inicio de la rebelión del 36 tras la toma de Badajoz.
Como a todos sus trabajos, les han puesto un título largo: RÉPUBLICA Y GUERRA CIVIL EN TORRE DE MIGUEL SESMERO (1936-1939). Sus protagonistas son hombres y mujeres de ese pueblo, marcados par la tragedia de la sinrazón, cuyo recuerdo está presente en sus calles, unas con silencios que gritan y otras escondido bajo el lastre de años de incomprensión y de libertad condicionada. Aparte, claro está, del ruidoso desconocimiento del pasado de las generaciones presentes y sobre todo emergentes.
Circunstancias esta última, de la que se aprovechan aquellos pescadores en ríos revueltos, siempre al acecho para perpetuarse en sus posiciones de dominio caiga quien caiga y pase y lo que pase quienes, no dudan al decir y escribir, que sacar a la luz la historia que nadie nos contó, es reabrir heridas, como si alguna vez esas heridas que quizá algún antepasado suyo hizo, se hubiesen cerrado, entre otras razones, porque hasta el año 75 no cesaron de hurgar en ellas y después, intentaron e intentan cada día que la infección se recrudezca.
Salud.
