Luz ahora: 0,11291 €/kWh

RETIRO: PRIMERA.- El que la sigue la consigue. Falso. El que...

Contencioso es un pedazo de la blogosfera pública

Las quince leyendas urbanas más difundidas sobre las oposiciones a cuerpos superiores de la Administración

opositor

La crisis económica ha atropellado a una legión de opositores a cuerpos superiores de las Administraciones Públicas que han visto zarandeadas sus expectativas sobre futuras plazas, destinos y retribuciones a lo que se une la incertidumbre de los calendarios de las pruebas y temarios. Los cambios políticos y las modificaciones legislativas en tiempos difíciles amenazan la seguridad jurídica de los opositores y aumentan los rumores y las leyendas urbanas sobre las oposiciones.

De los opositores ante el difícil camino de una oposición puede decirse algo parecido a lo que explica magistralmente Arturo Pérez Reverte, en relación a un erizo que cruza una peligrosa carretera de asfalto, reflexiona: ” Sin duda ignoras, chaval, que no estás tan solo como crees estar; porque todas las carreteras y todos los rincones del mundo están llenos de otros pequeñajos como tú: anónimos camaradas que corren el mismo albur, quedan despanzurrados o sobreviven porque no se resignaron a quedarse agazapados viéndolas venir; porque salieron a cazar para su gente, o simplemente a pelear con la vida. Supongo que ahí, en mitad de ese asfalto negro e interminable como la muerte, sudoroso en tu carrera a todo o nada, te sientes miserable y vulnerable. Ojalá supieras que alguien…presenció tu minúscula epopeya, y deseó que llegaras sano y salvo al otro lado“. (“La Carrera del Erizo”, en Patente de Corso 1993-1998, Ed. Santillana,,2001).

Veamos pues, las quince leyendas urbanas o rumores de mayor zumbido en la colmena de los opositores a cuerpos superiores, según la experiencia de Sevach, como opositor felizmente exitoso (no sin esfuerzo) y como miembro de numerosos Tribunales calificadores de concursos y oposiciones a cuerpos superiores de la Administración (no siempre justo pero intentándolo).

PRIMERA.- El que la sigue la consigue. Falso. El que la sigue tendrá más probabilidades de obtener la plaza pero nunca la certeza. Un ratoncito que practique incasablemente por un laberinto puede acabar encontrando el queso o puede que jamás los consiga. No es cuestión de repetición sino de repetición unida a un doble factor: la capacidad personal y el azar.

SEGUNDA.- El Tribunal está sólidamente formado por especialistas que dominan el temario. Falso. El Tribunal calificador está formado por miembros del cuerpo a seleccionar así como otros funcionarios de cuerpos superiores, cada uno de los cuales en su día acreditó conocimientos similares a los exigidos, pero el tiempo opera inexorablemente sobre todo funcionario experimentado en una doble vertiente: le dota de mayor intuición y experiencia pero le minora el conocimiento memorístico e intuitivo además de no garantizarse su actualización. Por eso, normalmente un Tribunal calificador efectúa un control negativo, siendo hábil para eliminar a quien dice algo equivocado o derogado, mas que suspender a alguien por lo omitido en su ejercicio.

TERCERA.- Se dice que hubo aspirantes que lo dijeron todo y suspendieron. Posible pero improbable. Primero, el suspendido es indulgente consigo mismo y cruel con el Tribunal. Segundo, alguien puede pensar de sí mismo que en su ejercicio dijo “todo lo que estudió” pero eso no coincide con “todo lo que es exigible”. Tercero, No basta con decirlo todo, sino cómo se dice o expone.

CUARTA.- Se dice que hubo quien no estudió nada y aprobó. Mentira. El ser humano utiliza a veces la mentira preventiva: ” Diré que no sé nada, que no estudié para que si suspendo nadie me condene, y para que si apruebo, mayor sea mi mérito”. Sin embargo, el diseño actual de las oposiciones superiores, normalmente estructurado en tres ejercicios (escrito general, exposición oral de temas extraídos al azar y supuestos prácticos) es garantía de que, salvo el mentalista Anthony Blake, no puede aprobarse por puro azar. La oposición no es una lotería. Y si lo fuere, hay que comprar la práctica totalidad de los billetes. Una cosa es llevar alguna partes del temario flojas o sin estudiar y otra muy distinta afirmar que casualmente el Tribunal preguntó lo que se había estudiado. No se improvisa una oposición.
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
EGUNDA.- El Tribunal está sólidamente formado por especialistas que dominan el temario. Falso. El Tribunal calificador está formado por...
QUINTA.- Estudiando diez o doce horas diarias tengo prácticamente asegurado el aprobado. Falso. El fruto del estudio, como el descanso mediante el sueño, es más cualitativo que cuantitativo. La oposición no es un sacerdocio. Hay que tener en cuenta la ley de la utilidad marginal decreciente de la economía. Cada hora adicional de esfuerzo reporta un beneficio ... (ver texto completo)