Las grandes ciudades son una mina sin fondo donde siempre están pasando cosas. Unas pasan inadvertidas para el común y otras no, pero no por eso dejan de pasar. Perogrullada aparte.
Y también hay muchos policías, que son gente que en teoría se dedican a poner un poco de orden entre tanto caos aunque, a veces, coadyuvan a crearlo aunque sea sin querer pues las buenas intenciones se les debe presuponer. No obstante, a veces, las muchedumbres actúan inconscientemente, pero casi siempre igual cuando son acosadas, sean por policías armados hasta los dientes o, en casos como el de Madrid Arena ante una eventual y previsible oleada de pánico, que siempre es contagioso. De esto último, los yayoflautas que nos hemos quedado sin el incremento del IPC de este año que se acaba en nuestro magros emolumentos, ya conocemos muchos casos. Aparte del tan sonado de la discoteca de la madrileña calle de Alcalá, se me viene ahora a bote pronto a la memoria, una avalancha en el teatro del parque de atracciones de Monjuitch, en la que también murieron una o dos personas.
También, ya de lo más reciente, los pequeños albortos en Barcelona de la hasta ahora nuestra última huelga general contra los que los Mossos, armados como para ir a la guerra de las galaxias, se emplearon con la hábil suavidad característica de estos grupos policiales y, una vez más y ya van cuatro, le vaciaron un ojo de un pelotazo a una chica de nombre Ester que, estuviera por allí para protestar o no, es indiferente y por lo demás, ejercía un derecho reconocido por todos aunque a algunos les fastidie. Sobre todo, a esa gente que nos quieren “modular”.
Pero, ¿cuando se le pondrá freno a estos desmanes cometidos por personas que en teoría deberían velar por la seguridad de las personas? No, no me refiero a los guardias de la porra, a fin de cuenta son tan humanos como todos nosotros y están metidos en el fregao siempre, por lo que no es nada extraño, que a más de uno se le vaya la olla pues, también y aunque no lo parezca vistos así con esos trajes que parecen armaduras de la Edad Media, sienten miedo y lo exteriorizan con irracionalidades como soltar un escopetazo contra la muchedumbre con el arma paralela al suelo. No, repito, ¡cuándo esa agente que debiera prever lo que va a pasar puesto que para eso y no por otra razón cobran unos muy más que suculentos sueldos, van a ser sancionados por jueces o tribunales y recibir el rechazo general a sus desastrosas gestiones? Nunca. Pues vale, el último, que apague el candil.
Salud.
Y también hay muchos policías, que son gente que en teoría se dedican a poner un poco de orden entre tanto caos aunque, a veces, coadyuvan a crearlo aunque sea sin querer pues las buenas intenciones se les debe presuponer. No obstante, a veces, las muchedumbres actúan inconscientemente, pero casi siempre igual cuando son acosadas, sean por policías armados hasta los dientes o, en casos como el de Madrid Arena ante una eventual y previsible oleada de pánico, que siempre es contagioso. De esto último, los yayoflautas que nos hemos quedado sin el incremento del IPC de este año que se acaba en nuestro magros emolumentos, ya conocemos muchos casos. Aparte del tan sonado de la discoteca de la madrileña calle de Alcalá, se me viene ahora a bote pronto a la memoria, una avalancha en el teatro del parque de atracciones de Monjuitch, en la que también murieron una o dos personas.
También, ya de lo más reciente, los pequeños albortos en Barcelona de la hasta ahora nuestra última huelga general contra los que los Mossos, armados como para ir a la guerra de las galaxias, se emplearon con la hábil suavidad característica de estos grupos policiales y, una vez más y ya van cuatro, le vaciaron un ojo de un pelotazo a una chica de nombre Ester que, estuviera por allí para protestar o no, es indiferente y por lo demás, ejercía un derecho reconocido por todos aunque a algunos les fastidie. Sobre todo, a esa gente que nos quieren “modular”.
Pero, ¿cuando se le pondrá freno a estos desmanes cometidos por personas que en teoría deberían velar por la seguridad de las personas? No, no me refiero a los guardias de la porra, a fin de cuenta son tan humanos como todos nosotros y están metidos en el fregao siempre, por lo que no es nada extraño, que a más de uno se le vaya la olla pues, también y aunque no lo parezca vistos así con esos trajes que parecen armaduras de la Edad Media, sienten miedo y lo exteriorizan con irracionalidades como soltar un escopetazo contra la muchedumbre con el arma paralela al suelo. No, repito, ¡cuándo esa agente que debiera prever lo que va a pasar puesto que para eso y no por otra razón cobran unos muy más que suculentos sueldos, van a ser sancionados por jueces o tribunales y recibir el rechazo general a sus desastrosas gestiones? Nunca. Pues vale, el último, que apague el candil.
Salud.
Al Chilliqui, también conocido como el Rejoe por lo que joe al personal, preside el PPodrido que como todos saben incluso en el extranjero; donde deben de pasárselo pipa viendo cómo el pobre hombre se ve obligado a incumplir todo lo que prometió a quienes quería escucharlo cuando ejercía de jefe de la oposición aquí, en España, ya no le debe quedar ninguna de las “firmes promesas” de su programa electoral por incumplir pues, una detrás de la otra, se le han ido cayendo todas así que, es de suponer, que ahora esté improvisando junto con sus bellas y redichas beldades. Claro que, los que nunca hemos creído en esta gente y menos, cuando decían que era el partido de los trabajadores, lo que ha pasado no nos ha cogido de sorpresa. Lo sabíamos no por listos o listillos sino, porque es lo que han hecho a lo largo de la Historia así con hache mayúscula, los que fueron como ellos.
Está claro que alguien tiene poner la mano de obra, que alguien tiene que producir y, como es natural, no van a ser ellos, que no es porque no puedan, que podrían si no les quedara más remedio porque son personas normales con dos ojos, piernas y brazos sino porque, ya desde su más tierna infancia, son educados para embaucar a todo bicho viviente que se les ponga por delante y acaparar todos los caudales que puedan lo necesiten o no y sea quien sea y como sea la víctima a la que se lo arrebatan.
En este caso y tratándose del gobierno español, la víctima es el pueblo español en su conjunto al que están dejando más tieso que la mojama pero, al que no tienen el menor empacho en decirle que, todo lo que están haciendo es únicamente y exclusivamente por su bien y con dolor de su corazón, como por ejemplo, contarles esa milonga de que no le congela las pensiones a los jubilatas sino que, les va a subir un uno por ciento para el año que viene y, se olvida sin querer, que primero ha subido el IRPF y el IVA lo que, les ha bajado de manera indirecta lo poco que cobran y, encima, con la inflación alrededor de un tres por ciento y no más porque han hecho trampas con las gasolinas y otros conceptos, resulta que el bajón del dinero estará ya rondando el menos un diez por ciento.
Ahora bien, con el uno por ciento que van a subir si no se arrepienten o les dice la Merkel que es demasiado, ya sabemos, diez eurillos más al mes y así, ya nos podemos ir a celebrar la subida al puticlub de la esquina.
¿Que ya nadie cree a estos gobernantes tan embusteros? Pues no señor, todavía hay gente que sí que los cree, es más, besan el suelo por donde pisan.
Lo tenemos merecido por gilipuertas.
Salud.
Está claro que alguien tiene poner la mano de obra, que alguien tiene que producir y, como es natural, no van a ser ellos, que no es porque no puedan, que podrían si no les quedara más remedio porque son personas normales con dos ojos, piernas y brazos sino porque, ya desde su más tierna infancia, son educados para embaucar a todo bicho viviente que se les ponga por delante y acaparar todos los caudales que puedan lo necesiten o no y sea quien sea y como sea la víctima a la que se lo arrebatan.
En este caso y tratándose del gobierno español, la víctima es el pueblo español en su conjunto al que están dejando más tieso que la mojama pero, al que no tienen el menor empacho en decirle que, todo lo que están haciendo es únicamente y exclusivamente por su bien y con dolor de su corazón, como por ejemplo, contarles esa milonga de que no le congela las pensiones a los jubilatas sino que, les va a subir un uno por ciento para el año que viene y, se olvida sin querer, que primero ha subido el IRPF y el IVA lo que, les ha bajado de manera indirecta lo poco que cobran y, encima, con la inflación alrededor de un tres por ciento y no más porque han hecho trampas con las gasolinas y otros conceptos, resulta que el bajón del dinero estará ya rondando el menos un diez por ciento.
Ahora bien, con el uno por ciento que van a subir si no se arrepienten o les dice la Merkel que es demasiado, ya sabemos, diez eurillos más al mes y así, ya nos podemos ir a celebrar la subida al puticlub de la esquina.
¿Que ya nadie cree a estos gobernantes tan embusteros? Pues no señor, todavía hay gente que sí que los cree, es más, besan el suelo por donde pisan.
Lo tenemos merecido por gilipuertas.
Salud.