En esta historia, no hay ríos, ni grandes espacios. Tampoco montañas (aún) ni valles, ni colinas. Solo, mar, playa y ciudad: Las Palmas. En "En la Isleta" aquel acantilado, que llamamos NUESTRO, con su diminuta playa. el rumor de las olas y el vuelo de las gaviotas por encima de nuestras cabezas.
"! Eres muy hermosa! Te había dicho mese antes. Me miraste fijamente, tal vez extrañada de mi atrevimiento. Fue en el baile aquel de La Isleta, formaba parte de mi misión. Solo estaba de paso... me miraste fijamente y dijiste algo a la muchacha que estaba a tu lado... Cuanto la dijiste, fue un secreto entre ambas, que nunca me desvelaste. de vuestras risas, hubo un ramalazo de azoramiento, del que me repuse al instante. Dije:
Debo marcharme, pero me gustaría, que anotaras algo en este papel, con la misma sinceridad que yo te lo pido y te tendí una hoja... Mientra escribías, decías algo a tu amiga: no llegaba a mis oídos, por el ruido ensordecedor de la orquesta, Si me llegó tu risa, que cesó, cuando me devolvías la hoja de papel, que, guardé en mi bolsillo, sin tan siquiera mirarla... Sigo pensando en que eres muy hermosa, y que me gustaría verte y...
Yo también-Me dijiste, en un tono que me pareció sincero. A la luz de una farola, ya en la calle, leí una dirección, no estaba lejos de allí... Partía la calle de un hermoso y muy nombrado parque. Tomé la calle y... efectivamente, habías sido sincera, puesto que al lado mismo, se encontraba la pastelería que me había descrito tu amiga. Una vuelta alrededor del parque y. justo al lado está el muelle, por donde me dí una vuelta, para hacer tiempo. Llevaba unos minutos paseando, por las cercanías del numero indicado, cuando os vi, aparecer, muy puntuales, y alegres, en la entrada de la calle.
! Hola!
! Hola!- El baile se ha quedado sin las dos chicas mas bonitas- dije
Yo... tengo que hacer varias cosas- Dijo tu amiga. Y se introdujo en el portal de al lado.
-Haber, la chica bonita, que me propone, para días sucesivos, porque... me vas a decir SI, porque ya no podría prescindir en días venideros de tu simpatía y...
Soy una chica corriente-Añadiste: Eres tan atrevido como simpático. Me caes bien. Nos dijimos! a dios!, de la manera que se despedían los jóvenes aquellos tiempos, con un apretón de manos... sentí sobre la mía tu mano, tibia y la retuve con inmenso placer, mas de lo normal...
Nos vimos en días sucesivos, todo el tiempo que tu trabajo y mi ocupación nos permitía... Lloraste tras el primer beso, consentido. ¿Porque lloras? -Te dije mientras, acariciaba tus cabellos. Callabas. En un gesto, besé tus lágrimas. Aquel día te había dicho, que se acababa mi estancia en la isla. Dijiste:
Cuídate. Quiero que me escribas todos los días.... Un largo sollozo turbo el silencio del parque.
Te escribiré cuanto pueda. Y nos fundimos en un abrazo largo, muy largo.
Seis meses. Seis largos meses. casi diarias cartas de amor, Mas distanciadas la mías. En medio de la noche, en las noches estrelladas del desierto, bajo el cielo misterioso, confieso, que te recordaba, que deseaba estar a tu lado ¿esto era amor?, me preguntaba, fuera de la tienda de campaña, en el frescor de las noches africanas... Quisiera quererte como tu me quieres, pronunciaba a veces en alta voz, en mitad de aquel desierto.
Te comuniqué la feliz nueva. Había terminado, mi contrato. Podía disfrutar un mes contigo... pero mi flaca economía no daba para tanto, te comuniqué mientras añadía que quince días podría... No te preocupes, yo me encargo del resto. Dijiste.
Legó la hora. Seis largos meses, sin tus abrazos y cálidos besos Seis meses. que al fin tenían su premio.
Te esperaba el el parque, una vez acabado tu trabajo. Te decía, lo larga que me resultaba la jornada, sin ti, y me abrazabas, como si trataras de consolarme, como si te sintieras culpable. Los paseos se prolongaban en la noche, y muchas de ellas, en horas muy avanzadas, tendidos sobre la arenas, en la playa ya desierta, nos prometíamos amor... en esos silencios largos, que solo pronuncian esta palabra.
Si, yo soy aquel muchacho que solo pronunciaba amor,. Que te prometió... que te hizo daño, Yo soy, aquel muchacho, simpático y alegre (según tu me decís) que te hizo mucho daño. Yo soy aquel despreocupado muchacho que había castigado la vida, y que no supo quererte cuanto merecías.
Proseguiré la historia,: te llegue o no, poco importa.
pero en este y en lo que sigue de caer en tus manos
Trátame como merece mi inconsciencia. No voy a excusarme. Pero si decirte que toda mi vida he luchado contra el destino y que... SI QUEDA es que HUVO.
LIBERTAD.
"! Eres muy hermosa! Te había dicho mese antes. Me miraste fijamente, tal vez extrañada de mi atrevimiento. Fue en el baile aquel de La Isleta, formaba parte de mi misión. Solo estaba de paso... me miraste fijamente y dijiste algo a la muchacha que estaba a tu lado... Cuanto la dijiste, fue un secreto entre ambas, que nunca me desvelaste. de vuestras risas, hubo un ramalazo de azoramiento, del que me repuse al instante. Dije:
Debo marcharme, pero me gustaría, que anotaras algo en este papel, con la misma sinceridad que yo te lo pido y te tendí una hoja... Mientra escribías, decías algo a tu amiga: no llegaba a mis oídos, por el ruido ensordecedor de la orquesta, Si me llegó tu risa, que cesó, cuando me devolvías la hoja de papel, que, guardé en mi bolsillo, sin tan siquiera mirarla... Sigo pensando en que eres muy hermosa, y que me gustaría verte y...
Yo también-Me dijiste, en un tono que me pareció sincero. A la luz de una farola, ya en la calle, leí una dirección, no estaba lejos de allí... Partía la calle de un hermoso y muy nombrado parque. Tomé la calle y... efectivamente, habías sido sincera, puesto que al lado mismo, se encontraba la pastelería que me había descrito tu amiga. Una vuelta alrededor del parque y. justo al lado está el muelle, por donde me dí una vuelta, para hacer tiempo. Llevaba unos minutos paseando, por las cercanías del numero indicado, cuando os vi, aparecer, muy puntuales, y alegres, en la entrada de la calle.
! Hola!
! Hola!- El baile se ha quedado sin las dos chicas mas bonitas- dije
Yo... tengo que hacer varias cosas- Dijo tu amiga. Y se introdujo en el portal de al lado.
-Haber, la chica bonita, que me propone, para días sucesivos, porque... me vas a decir SI, porque ya no podría prescindir en días venideros de tu simpatía y...
Soy una chica corriente-Añadiste: Eres tan atrevido como simpático. Me caes bien. Nos dijimos! a dios!, de la manera que se despedían los jóvenes aquellos tiempos, con un apretón de manos... sentí sobre la mía tu mano, tibia y la retuve con inmenso placer, mas de lo normal...
Nos vimos en días sucesivos, todo el tiempo que tu trabajo y mi ocupación nos permitía... Lloraste tras el primer beso, consentido. ¿Porque lloras? -Te dije mientras, acariciaba tus cabellos. Callabas. En un gesto, besé tus lágrimas. Aquel día te había dicho, que se acababa mi estancia en la isla. Dijiste:
Cuídate. Quiero que me escribas todos los días.... Un largo sollozo turbo el silencio del parque.
Te escribiré cuanto pueda. Y nos fundimos en un abrazo largo, muy largo.
Seis meses. Seis largos meses. casi diarias cartas de amor, Mas distanciadas la mías. En medio de la noche, en las noches estrelladas del desierto, bajo el cielo misterioso, confieso, que te recordaba, que deseaba estar a tu lado ¿esto era amor?, me preguntaba, fuera de la tienda de campaña, en el frescor de las noches africanas... Quisiera quererte como tu me quieres, pronunciaba a veces en alta voz, en mitad de aquel desierto.
Te comuniqué la feliz nueva. Había terminado, mi contrato. Podía disfrutar un mes contigo... pero mi flaca economía no daba para tanto, te comuniqué mientras añadía que quince días podría... No te preocupes, yo me encargo del resto. Dijiste.
Legó la hora. Seis largos meses, sin tus abrazos y cálidos besos Seis meses. que al fin tenían su premio.
Te esperaba el el parque, una vez acabado tu trabajo. Te decía, lo larga que me resultaba la jornada, sin ti, y me abrazabas, como si trataras de consolarme, como si te sintieras culpable. Los paseos se prolongaban en la noche, y muchas de ellas, en horas muy avanzadas, tendidos sobre la arenas, en la playa ya desierta, nos prometíamos amor... en esos silencios largos, que solo pronuncian esta palabra.
Si, yo soy aquel muchacho que solo pronunciaba amor,. Que te prometió... que te hizo daño, Yo soy, aquel muchacho, simpático y alegre (según tu me decís) que te hizo mucho daño. Yo soy aquel despreocupado muchacho que había castigado la vida, y que no supo quererte cuanto merecías.
Proseguiré la historia,: te llegue o no, poco importa.
pero en este y en lo que sigue de caer en tus manos
Trátame como merece mi inconsciencia. No voy a excusarme. Pero si decirte que toda mi vida he luchado contra el destino y que... SI QUEDA es que HUVO.
LIBERTAD.