Estanque Grande. Fue proyectado en 1634 por Cristóbal de Aguilera, que, en su calidad de maestro mayor y veedor de las fuentes de Madrid, fue también el máximo responsable del sistema hidráulico del Buen Retiro. Aunque técnicamente fue concebido como un gran depósito, del que se extraía agua para abastecer al Real Sitio, desarrolló una función lúdica de primer orden, no solo porque en él se practicaba la navegación recreativa y la pesca, sino también como escenario de naumaquias y representaciones teatrales.
El estanque tenía una isla ovalada en su punto central y varios pabellones en sus orillas, obra de Alonso Carbonel (1583-1660), que se utilizaban como pescaderos y como elementos escenográficos. Además contaba con un canal navegable, denominado Río Grande o de El Mallo (1638-1639), que partía de su extremo suroriental y finalizaba en la ría polilobulada de San Antonio de los Portugueses.
En 1817 el arquitecto Isidro González Velázquez (1765-1840) edificó en la ribera este el Embarcadero Real, un pabellón de tres cuerpos, decorado con motivos chinescos, que fue demolido a principios del siglo XX, al construirse en su lugar el Monumento a Alfonso XII. En 1917 se hizo otro nuevo, situado esta vez en el lado norte, que, tras incendiarse, fue reemplazado en 1926 por el embarcadero que ha llegado a nuestros días, obra de Luis Bellido y González (1869-1955). Dicha instalación sigue funcionando en la actualidad y a través de ella se canalizan los usos recreativos y deportivos que tiene ahora mismo el estanque.
El estanque tenía una isla ovalada en su punto central y varios pabellones en sus orillas, obra de Alonso Carbonel (1583-1660), que se utilizaban como pescaderos y como elementos escenográficos. Además contaba con un canal navegable, denominado Río Grande o de El Mallo (1638-1639), que partía de su extremo suroriental y finalizaba en la ría polilobulada de San Antonio de los Portugueses.
En 1817 el arquitecto Isidro González Velázquez (1765-1840) edificó en la ribera este el Embarcadero Real, un pabellón de tres cuerpos, decorado con motivos chinescos, que fue demolido a principios del siglo XX, al construirse en su lugar el Monumento a Alfonso XII. En 1917 se hizo otro nuevo, situado esta vez en el lado norte, que, tras incendiarse, fue reemplazado en 1926 por el embarcadero que ha llegado a nuestros días, obra de Luis Bellido y González (1869-1955). Dicha instalación sigue funcionando en la actualidad y a través de ella se canalizan los usos recreativos y deportivos que tiene ahora mismo el estanque.