Un pino gigantesco dio con sus ramas
en el suelo y se echaron a temblar
los cortijeros ante el ejemplar
inerte. A pesar de su impresión sana
se ha disuelto en madera y pronto en llama.
Nadie hubiera podido proclamar
flojera en su agarre reticular.
Era concentración, la fuerza en calma,
la roca que al océano contenía.
Como un terrón en agua se ha disuelto
en el flujo cósmico, como una onda
hertziana en voces de esta epifanía
de los verdes reinos, también envueltos,
sometidos a la amnesia más honda.
en el suelo y se echaron a temblar
los cortijeros ante el ejemplar
inerte. A pesar de su impresión sana
se ha disuelto en madera y pronto en llama.
Nadie hubiera podido proclamar
flojera en su agarre reticular.
Era concentración, la fuerza en calma,
la roca que al océano contenía.
Como un terrón en agua se ha disuelto
en el flujo cósmico, como una onda
hertziana en voces de esta epifanía
de los verdes reinos, también envueltos,
sometidos a la amnesia más honda.