Es una de las seis
ermitas que todavía se conservan y cuya proliferación dio nombre al municipio, conocido como
valle de las
iglesias. La
ermita fue construida en el siglo XV y en ella destacan los
arcos apuntados y la cornisa decorada con bolas.
Hasta el siglo XVIII estuvo dedicada a
san Judas Tadeo. En la actualidad se abre cada Domingo de Ramos para bendecir las palmas y los ramos de
olivo.