Su Necrópolis efectuada por los habitantes de la población, en torno a la
iglesia, son tumbas antropomorfas fechadas en torno a los siglos IX al XI. En huecos horadados en la dura
roca, algunos de ellos incluso conservan la forma de los cuerpos que un día cobijaron, una auténtica necrópolis
medieval mejor conservada de toda la provincia, data del siglo XI. Están los huecos que sirvieron de enterramiento a más de medio centenar de vecinos de
Sieteiglesias. Una de ellas, conocida como “tumba de los reyes”, está separada del resto y junto a sus dos sepulturas se abre un nicho donde se enterraron joyas y ofrendas.