En cuanto a lo del álamo, yo creo que lo mejor sería que se cortara ese infausto
monumento a no se sabe quien, y se plantara uno nuevo,
joven, fuerte y sano. De ese modo las futuras generaciones podrán disfutar del
árbol como antes lo hacíamos nosotros.
Por cierto creo que el árbol de enfrente de la
Iglesia es un "hijo" de álamo gordo.