AYER LE VI POR LA ACERA
Eran las dos de la tarde, cuando le fui adelantando, era demasiado en balde, no era aquel hombre triunfando. No le hablé de sus problemas, que noté que eran muy grabes, hay terror en los esquemas que te vienen machacando. Aquel hombre conocido, fanfarrón interminable, le noté tan aturdido que no parece amigable. Dos bastones en sus manos con un andar cabizbajo, le vi sus ojos más vanos al ver que miraba abajo. Era bella su leyenda, disfrutando sin atajos, hoy ha perdido las riendas siendo tristes sus destajos, Le vi queriendo ser libre como cuando fue muchacho, seguro que nunca escribe el sentir algún empacho. Tengo miedo de las penas que te dan ciertos relajos, a veces son las condenas de vivir entre agasajos. Tienes miedo de las normas que te dejan medio helado, quisieras borrar las comas en un rumbo equivocado. El hombre tuvo dinero, aunque en juergas lo ha gastado, era un hombre con salero entre enfermedad de lado. Le conocí desde joven, pero su rumbo ha quebrado, aquel hombre tan valiente vive como condenado. La vida nos va dejando muchos huesos mal parados, algunos vamos tirando sin sentirnos complicados. Cuando recorro las calles por donde siempre he andado, me asustan ciertos detalles al ver algún jubilado. Bastones para agarrarse y poder cruzar los pasos, no es posible el alabarse cuando solo ves fracasos. Los caminos de la vida todos marchan, al contrario, al ver tu senda perdida sientes de nuevo un calvario. Ayer noté que la vida es un misterio atrasado, donde te dan la salida como un muñeco azotado. Viendo las enfermedades que caminan siempre al lado, vas conociendo verdades que te dejan muy mermado. G X Cantalapiedra.
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