El
edificio actual, de mampostería de
piedra y ladrillo, fue levantado en diferentes fases a partir del crucero del antiguo humilladero de la Vera
Cruz, a finales del siglo XV, cubierto con una
bóveda de terceletes
gótica.
El acceso, a los pies de la nave principal, se realiza a través de dos vanos formados por el
arco pétreo de medio punto, y está rematado con un
frontón de ladrillo y mampostería en cajas coronado por una
espadaña de sillería.
La
ermita fue restaurada entre 2004 y 2005. Los trabajos consistieron, principalmente, en consolidar la cubierta y la
fachada, y cambiar el suelo y el enlucido del interior.