Je, je, je. La cigüeña, que es un animal con un cerebro pequeño como una almendra, al final demostró tener mucha más inteligencia que los arquitectos, los "entendidos" y toda ésa gente que tiró la espadaña e hizo el ridículo nido artificial. La cigüeña deshizo la gran tontería humana y volvió a reconstruir su nido natural.