Fue construida en dos etapas. La primera, que corresponde a la
capilla mayor y crucero, es de estilo renacentista y data del siglo XVI. La segunda la compone el resto de la
iglesia que fue construida en el primer tercio del siglo XVII, adoptando el estilo barroco, en la que participó en 1628 en el cuerpo y
torres fray Alberto de la Madre de Dios.
El templo tiene una sencilla planta rectangular, de una sola nave con cabecera poligonal y contrafuertes. Está construida con sillares irregulares. En el interior destacan cinco
capillas que se abren a la nave. Esta última se cubre con
bóveda de cañón; el crucero lo hace con bóveda de arista, y la capilla mayor con casquete semiesférico. El
coro está situado a los pies en alto, se sostiene con
arco de medio punto rebajado con enjutas y se remata con una barandilla de hierro. El sotocoro aparece cegado por un tabique. En el lado derecho del presbiterio se dispone la antigua sacristía.
En el exterior destacan las dos esbeltas torres dispuestas a los pies. Mantienen el mismo tipo de
fábrica que el resto del
edificio. Presentan un cuerpo y el de
campanas en el que se abren
arcos de medio punto en cada uno de sus frentes. Se rematan con
tejados a cuatro
aguas.
Los accesos de la iglesia se localizan en los laterales de la nave. Tiene dos que se resuelven con
portadas de
piedra con acceso adintelado moldurado, rematado con cornisas sobre las que se disponen
hornacinas entre pilares rematados por
frontón circular. La del lado derecho se decora con una pintura que representa a
San Nicolás de Bari; la del lado izquierdo se encuentra cegada.