Al pie del Castillo, aparece este monumento atribuido a Ventura Rodríguez en el siglo XVIII, de diseño herreriano.
Se trata de un poderoso mural de mampuestos graníticos abujardados, empotrado en un muro de ladrillo macizo cara vista, con un arco superior que engalana un escudo y diversos adornos marqueteados en el frontal.
Al pie, un pilón granítico recibe las aguas de tres caños, que desaguan por una abertura frontal. El conjunto está delimitado por cinco mojones de granito unidos por gruesas cadenas ornamentales.
Cuenta la tradición que quien bebe de las aguas que manan del caño central contrae matrimonio.