Amigo J.C.:
Tampoco yo entiendo mucho del asunto de “Aledo Resort”. Sólo tengo preguntas y dudas. Veamos.
Ya el nombre asusta un poco: "Resort". Además, se ve que nuestra lengua castellana (la tercera más hablada en el mundo, y la segunda más hablada a nivel internacional) no tiene palabras suficientes para poner nombres (incluso locales).
Es cierto que la economía municipal crecería, por los impuestos, pero también tendría el Ayuntamiento que prestarles todos los servicios: agua, alcantarillado, basura, limpieza, farolas, ¿habría que construir otra depuradora?, mantenimiento de todo, infraestructuras varias, etc. En fin, ¿lo comido por lo servido? No lo sé porque no entiendo.
¿Tendríamos que despedirnos del agua tan buena que ahora bebemos, que es nuestra y muy saludable?, ¿habría para todos, o habría que traer agua de fuera? ¿Y quien quisiera beber agua buena, tendría que hacer como en otros sitios: comprar agua mineral?
El pueblo, que tiene unos 1.000 habitantes, pasaría a tener unos 10.000 o quién sabe. Por ley, todos tendrían derecho a voto, podrían formar sus propios partidos políticos y podrían presentarse a las elecciones municipales. ¿Alguien ha imaginado siquiera lo que eso supondría?
Cuando vengas a Aledo, amigo J.C., y te asomes por el Castillo, olvídate de ver el paisaje que ahora ves (mira esta foto y la siguiente) y que siempre has visto (el paisaje es uno de los mayores atractivos de nuestro pueblo), porque verás a un lado enfrente todo edificado. ¿Se acabó el paisaje? (Parece que hay previstas casas incluso de 3 o 4 pisos, según se ve en los proyectos por Internet).
Olvidémonos igualmente de la tranquilidad que tenemos aquí, que es verdad que a veces puede parecer un poco aburrido, pero si la perdemos, entonces nos enteraremos de lo que hemos perdido. ¿Y la contaminación (no sólo ambiental, sino ecológica, ruidosa, etc.)? ¿Merece la pena lo que se gana a costa de lo que se pierde?
Tal vez se nos dé trabajo a la gente, y haga que haya más bares, restaurantes, tiendas de todo tipo, etc. O tal vez no, y pongan ellos esas cosas en su propia urbanización, y el trabajo lo den a su propia gente. Por otro lado, hoy ya todo el mundo compra en los grandes almacenes, aunque estén lejos, los coches hacen maravillas. ¿Se parece esto un poco al cuento de la lechera?
Tal vez conservemos nuestras tradiciones, nuestra cultura, nuestra gastronomía (incluido el “jallullo”, que se escribe así), etc., mientras quedemos quienes nos empeñemos en ello. Pero, ¿qué pasará a medio plazo?, ¿los jóvenes de aquí se están implicando en ellas para continuarlas? Aunque, por otro lado, siempre podremos exhibirlas como atracción para los extranjeros (suponiendo que no seamos nosotros los que pasemos a ser “extranjeros”). O, tal vez, dentro de unos años, nuestras tradiciones se consideren como cosas de la prehistoria, y se celebren como “los moros y cristianos”, para ver lo que hacían nuestros antepasados hace siglos. O, tal vez, el “jallullo” lo pongan en algún McDonals de la urbanización para recordar lo que comía el “homo sapiens” del antiguo Aledo.
Yo no estoy contra el progreso (como dice la canción), si se hace con cabeza. Y también quiero un buen futuro para nuestros hijos, y tampoco quiero que se vayan de aquí. Pero, ¿no hay otro tipo de soluciones? Y, por otro lado, ¿la calidad de vida mejorará con “Resort”? En lo que se entiende por “calidad de vida” estamos mucho mejor que muchas ciudades: ¿por qué si no vendrían extranjeros aquí?
Pero veamos otros ejemplos y comparemos. La famosa “Huerta de Murcia” (tan conocida en todos sitios) ya se la han cargado casi entera, urbanizándola (y no ya con extranjeros, sino ellos mismos). Ya casi no quedan naranjos, limoneros, azahar, aire limpio, árboles, verde, etc. Lo único que queda de ella es el desfile que llaman del “Bando de la Huerta” en las fiestas de primavera, dentro de la ciudad (claro), que sirve de divertimento al personal, con sus morcillas y demás viandas. Y ahora cuántos murcianos se dan cuenta y se lamentan de que no hay tal “Huerta de Murcia”. Demasiado tarde.
Ya digo que no entiendo mucho de lo de "Aledo Resort", pero no puedo dejar de acordarme de la genial película "Bienvenido Mister Marshall" (que no sé si se escribe así), de hace por lo menos 50 años, en blanco y negro. En aquel pueblo sólo quedó una tremenda desilusión, porque los americanos iban de pasada. En nuestro caso, si es bueno, nos beneficiaremos, y si no lo es, será irremediable, porque se quedan.
He aquí algunas de mis dudas y preguntas.
Aparte de esto, J.C., me encantan tus escritos acerca de nuestro pueblo (como ahora lo conocemos) y de tus vivencias aquí. Sigue regalándonos con esos escritos. Gracias por ello. Un saludo amistoso, amigo J.C.
Tampoco yo entiendo mucho del asunto de “Aledo Resort”. Sólo tengo preguntas y dudas. Veamos.
Ya el nombre asusta un poco: "Resort". Además, se ve que nuestra lengua castellana (la tercera más hablada en el mundo, y la segunda más hablada a nivel internacional) no tiene palabras suficientes para poner nombres (incluso locales).
Es cierto que la economía municipal crecería, por los impuestos, pero también tendría el Ayuntamiento que prestarles todos los servicios: agua, alcantarillado, basura, limpieza, farolas, ¿habría que construir otra depuradora?, mantenimiento de todo, infraestructuras varias, etc. En fin, ¿lo comido por lo servido? No lo sé porque no entiendo.
¿Tendríamos que despedirnos del agua tan buena que ahora bebemos, que es nuestra y muy saludable?, ¿habría para todos, o habría que traer agua de fuera? ¿Y quien quisiera beber agua buena, tendría que hacer como en otros sitios: comprar agua mineral?
El pueblo, que tiene unos 1.000 habitantes, pasaría a tener unos 10.000 o quién sabe. Por ley, todos tendrían derecho a voto, podrían formar sus propios partidos políticos y podrían presentarse a las elecciones municipales. ¿Alguien ha imaginado siquiera lo que eso supondría?
Cuando vengas a Aledo, amigo J.C., y te asomes por el Castillo, olvídate de ver el paisaje que ahora ves (mira esta foto y la siguiente) y que siempre has visto (el paisaje es uno de los mayores atractivos de nuestro pueblo), porque verás a un lado enfrente todo edificado. ¿Se acabó el paisaje? (Parece que hay previstas casas incluso de 3 o 4 pisos, según se ve en los proyectos por Internet).
Olvidémonos igualmente de la tranquilidad que tenemos aquí, que es verdad que a veces puede parecer un poco aburrido, pero si la perdemos, entonces nos enteraremos de lo que hemos perdido. ¿Y la contaminación (no sólo ambiental, sino ecológica, ruidosa, etc.)? ¿Merece la pena lo que se gana a costa de lo que se pierde?
Tal vez se nos dé trabajo a la gente, y haga que haya más bares, restaurantes, tiendas de todo tipo, etc. O tal vez no, y pongan ellos esas cosas en su propia urbanización, y el trabajo lo den a su propia gente. Por otro lado, hoy ya todo el mundo compra en los grandes almacenes, aunque estén lejos, los coches hacen maravillas. ¿Se parece esto un poco al cuento de la lechera?
Tal vez conservemos nuestras tradiciones, nuestra cultura, nuestra gastronomía (incluido el “jallullo”, que se escribe así), etc., mientras quedemos quienes nos empeñemos en ello. Pero, ¿qué pasará a medio plazo?, ¿los jóvenes de aquí se están implicando en ellas para continuarlas? Aunque, por otro lado, siempre podremos exhibirlas como atracción para los extranjeros (suponiendo que no seamos nosotros los que pasemos a ser “extranjeros”). O, tal vez, dentro de unos años, nuestras tradiciones se consideren como cosas de la prehistoria, y se celebren como “los moros y cristianos”, para ver lo que hacían nuestros antepasados hace siglos. O, tal vez, el “jallullo” lo pongan en algún McDonals de la urbanización para recordar lo que comía el “homo sapiens” del antiguo Aledo.
Yo no estoy contra el progreso (como dice la canción), si se hace con cabeza. Y también quiero un buen futuro para nuestros hijos, y tampoco quiero que se vayan de aquí. Pero, ¿no hay otro tipo de soluciones? Y, por otro lado, ¿la calidad de vida mejorará con “Resort”? En lo que se entiende por “calidad de vida” estamos mucho mejor que muchas ciudades: ¿por qué si no vendrían extranjeros aquí?
Pero veamos otros ejemplos y comparemos. La famosa “Huerta de Murcia” (tan conocida en todos sitios) ya se la han cargado casi entera, urbanizándola (y no ya con extranjeros, sino ellos mismos). Ya casi no quedan naranjos, limoneros, azahar, aire limpio, árboles, verde, etc. Lo único que queda de ella es el desfile que llaman del “Bando de la Huerta” en las fiestas de primavera, dentro de la ciudad (claro), que sirve de divertimento al personal, con sus morcillas y demás viandas. Y ahora cuántos murcianos se dan cuenta y se lamentan de que no hay tal “Huerta de Murcia”. Demasiado tarde.
Ya digo que no entiendo mucho de lo de "Aledo Resort", pero no puedo dejar de acordarme de la genial película "Bienvenido Mister Marshall" (que no sé si se escribe así), de hace por lo menos 50 años, en blanco y negro. En aquel pueblo sólo quedó una tremenda desilusión, porque los americanos iban de pasada. En nuestro caso, si es bueno, nos beneficiaremos, y si no lo es, será irremediable, porque se quedan.
He aquí algunas de mis dudas y preguntas.
Aparte de esto, J.C., me encantan tus escritos acerca de nuestro pueblo (como ahora lo conocemos) y de tus vivencias aquí. Sigue regalándonos con esos escritos. Gracias por ello. Un saludo amistoso, amigo J.C.