Cuando vivía en Murcia, en la calle Torre de Romo, en 1959-60, recuerdo que, en bicicleta, me llegaba a Algezares, atravesando el paso a nivel; asimismo, a través de Algezares solía subir hasta la ermita de la Patrona de Murcia. En aquel tiempo, Algezares era un pueblo, como otros tantos, muy provinciano, atrasado, de camperos y carecía de ciertos servicios. En realidad, toda Murcia, a finales de los 50 y en la década de los 60, era una ciudad muy provinciana, de bicicletas, de calesas, parecía un caserón grande con pocos coches y no demasiada población. La ciudad acababa en lo que es actualmente la plaza Circular, cerca de la antigua cárcel, y la zona de detrás del nuevo Corte Inglés era todo huerta. Existía entonces el cine Coy, en la estrenada Gran Vía, el Imperial, cine de Verano, detrás de la Plaza de Sta. Isabel, el paseo del Malecón estaba en modo salvaje cubierto de plantas, vegetación y jaramagos. Tan solo había dos puentes para atravesar el río Segura (sin encauzar entonces): el de la Virgen de los Peligros y el puente de hierro (al comienzo de Torre de Romo). Este Puente es peatonal ahora. Además de esos dos, hay tableros que comunican una parte de la ciudad con la otra. En fin, estoy describiendo una ciudad y una provincia que nada tienen que ver con lo que son en la actualidad. Me gustaría que quienes vivieron y conocieron aquella Murcia nos cuenten sus impresiones. Un saludo. Lorenzo.