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ALGUAZAS: Son otros tiempos, salvo para la rehabilitada Torre...

Son otros tiempos, salvo para la rehabilitada Torre del Obispo o los Moros, que perteneció a las reinas Constanza de Aragón, María de Molina y la infanta Constanza. El edificio, de planta cuadrangular, tiene 18 metros de longitud en cada lado, tres alturas y un patio interior simétrico de 50 metros cuadrados. La sobriedad del edificio y el reducido número de ventanas delatan su condición de fortaleza. En el entresuelo hay una capilla abovedada de 10 metros cuadrados, un banco que da la espalda al ventanal donde se sentaba el alcaide y un diminuto altar en el que hace siglos se veneró la imagen de San Onofre., primer patrono de Alguazas. Construida por orden del obispo Peñaranda entre los años 1327 y 1349, la torre acrecentó el poder temporal de la iglesia en el Reino de Murcia durante la Baja Edad media, sirvió de refugio a varios obispos, hizo las veces de cárcel eclesiástica y prestó servicio como base militar para diversas incursiones a otras localidades próximas.

Hecho relevante fue la presencia en Alguazas del obispo Diego de Comontes, que se había enfrentado al concejo de Murcia no sólo con sus fuerzas, sino con las de otras compañías enviadas por el propio monarca en su apoyo. En ausencia del prelado, el rey Chico de Granada saqueó e incendió el lugar llevándose a los vecinos musulmanes y desobedeciendo el pacto contraído con el alcalde de la fortaleza, acciones que provocaron el despoblamiento de la zona. En 1501 sus pobladores se convirtiron al catolicismo y 28 años más tarde se produjo el traslado de la villa al enclave actual. Gracias a un préstamo concedido por el marques de los Vélez la villa se convirtió en señorio propio.

La iglesia parroquial de San Onofre, levantada sobre la primitiva mezquita a principios del siglo XVI, guarda reminiscencias moriscas y otros estilos derivados a de las épocas en que fue restaurada. Es de planta rectangular y nave fraccionada por tres arcos transversales de ladrillo, con una clara influencia valenciana. La portada es de estilo clásico y en el interior sobresale un retablo barroco, así como el órgano del siglo XVIII. El suntuoso artesonado mudéjar muestra un almizate decorado con lazos, en colores rojo y verde. La torre es del siglo XIX, y en templo guarda una imagen de San Onofre, antiguo patrón de la villa, tallada por Juan González Moreno, uno de los grandes escultores murcianos.