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ALMENDRICOS: Nos hemos querido, nos hemos peleado, pero al segundo...

Nos hemos querido, nos hemos peleado, pero al segundo todo estaba olvidado, tenemos tanto que recordar, aquellas tardes en tu patio, unas veces lo hacía desde el huerto, otras in situs, te recuerdo fregando los platos del medio día, aquellas tardes de domingo, cuando tu madre y toda la familia se reunían en la casa de la mamá María, mientras nosotros, espiábamos a los novios, recordaras como le pusimos al noviazgo de La Jaramillo y creo que el hijo mayor de los Tudelas, Amor Brasileño, lo que menos les pegaba, aquellas tardes de tedio en el colegio, con la costura, ver una aguja y se me ponían los pelos de punta, se me siguen poniendo, pero las ciencias adelantan, que son una barbaridad, hoy todo lo arreglan las nenas con el velcro y demás inventos, total para qué el puñete ro ajuar, solo usé un juego, me harte de bordar y bordar, masoquismo puro, pero a ver quien le decía a mí madre, que lo cosiera ella, como andaba la zapatilla veloz, así le llamaba yo. Sé que vives en Lorca, que te casaste con un militar, lo que más sentí fue enterarme de la muerte de tu Vidin, tan guapo, tan serio, pobres tus padres (Sé también que pasaste por algo así) La vida, me ha tratado muy bien y a la vez muy, pero que muy mal, el quitarme al amor de mi vida, fue el más duro de los golpes que se me podía dar, nos amábamos con tanta pasión, ternura, complicidad, éramos dos críos cuando ese Ave maría nos unió por y para siempre, porque no se separa de mi. Tuve que sacar a flote a nuestros cuatro pequeños, Miguel Ángel, con 11 años cumplidos diez días antes, Maricarmen, ocho tres meses antes, Javier cuatro, un mes antes y Ana veintiún mes, superviviente nata, trabajadora incansable, la tarea fue ardua, valió la pena, hoy los cuatro son licenciados universitarios, dos abogados, el mayor y la pequeña, Turismo la segunda e informático el tercero, hoy que por fin podía vivir, viajar, visitar los países que me han atraído siempre, un grave accidente en un Bus EMT (Seguridad ante todo) Me ha dejado de por vida, invalida severa, aún así no me han podido quitar ese buen humor que me caracteriza, tengo los mejores amigos, los libros, una pasión que nació conmigo, a la que se apuntaron los chicos, sobre todo Miguel Ángel y Ana, a mi casa le llaman la Biblioteca, hermoso nombre, música, libros, conversación, algo que no se lleva por estos lares, por lo cual los hay, que nos tildan de anormales (Triste quien no conoce el deleite de la cultura) aburridos siempre, vacíos, pensando solo en el maldito dinero, una sociedad de zotes, se pavonean, diciendo que nunca han leído un libro, no hace falta que lo jures, se nota a la legua, si me tocara una primi, iba a durar aquí minutos... Mis padres se me fueron demasiado pronto, los añoro, pero sé que tarde o temprano nos encontraremos, también murió mi hermano, Joaquín. Con mí tía Emilia me comunicaba cada semana, ahora lo hago con Julian y Pilar. Mari, cuando me he dado cuenta, son ya las 5 de la mañana, como casi todas las noches, una que ya era noctambula por naturaleza, cuando los dolores de mi pobre columna aprietan, la mayoría de las veces les hago frente, otras, no queda más remedio que visitar la Unidad del Dolor, tengo un buen sillón relax, mas mi carácter nervioso, me da algún que otro sustillo, nimiedades, tengo en estos instantes roto el escafoides, mano Iz, servidora misma en el fragor del dolor, le dió vuelta a la muñeca y ¡plas! No he tenido que visitar a ningún carnicerito... Aquí casi ya amanece, así que me voy con mi silla a la cama, de lo contrario, me va a ver mi hijo, el mayor, el único que se ha hecho cargo de mí, es Jefe de Negociado en la administración, trabaja a menos de 70 metros de nuestra casa, es clavado a su padre, ese padre, que no se separa de mí, gracias a ese amor que nos profesamos, me libra de tantos malos ratos, solo me falta tocar la materia, tengo desde que se me fue un Diario al que llamo Diario Tardío, en el cual converso con él, le ciento mis cuitas, me desahogo, en fin, que a mi manera sigo siendo solo en partes feliz (No piedo soportar las inmensas desigualdades, mi último recuerdo antes de dormir, va para esos niños de vientre abultado, de ojos, que dicen, ¿Que hago yo aquí?. Estaremos en contacto, me has hecho muy, pero que muy feliz. Abraza a tus padres, marido e hijos. Te envió una de mis direcciones de C. E autodidact@telefonica. net. Un abrazo muy fuerte y de corazón para ti, de tu incondicional amiga. Teresa